En palabras del presidente del Grupo Cofares, Eduardo Pastor, «el envejecimiento de la población y el aumento de la cronicidad y la dependencia están favoreciendo una transformación del contexto sociosanitario. Como agente activo en el espacio sanitario, tenemos la misión de apoyar a la farmacia y defender a nuestros socios ofreciendo formación de alta calidad y servicios adaptados a esta nueva realidad».
Para ello, el encuentro, dirigido por el vicepresidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario, Julio Sánchez Fierro, contó con la participación de reconocidos expertos de diferentes ámbitos, entre ellos el director general de Salud Pública de Castilla y León, Agustín Álvarez; el director general de Farmacia del País Vasco, Iñaki Betolaza; la presidenta del Consejo General de Trabajadores Sociales, Ana de Lima; el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, José Antonio López; el director general del instituto para el desarrollo e integración de la sanidad IDIS, Manuel Vilches; o el vicepresidente del Foro Español de Pacientes, Santiago Alfonso, entre otros.
Todos ellos debatieron sobre las implicaciones del cambio de paradigma asistencial y la gestión de los recursos sociales y sanitarios, abordando la importancia de la implicación del farmacéutico para introducir mejoras en el modelo. «Poniendo el foco en la colaboración, tanto entre profesionales como entre proveedores de servicios y empresas privadas que trabajan en el sistema de salud, y sin perder de vista el medio rural», declaró Eduardo Pastor.
Actualmente existen en España cerca de 3 millones de personas que tienen reconocida su situación de discapacidad, de las cuales, 1,2 millones son mayores de 65 años, y más de 500.000 mayores de 80. Una situación de fragilidad que hace necesario un cambio en el enfoque del sistema sanitario, actualmente dirigido al paciente agudo, para incluir al paciente crónico.
El farmacéutico comunitario, como agente de salud en primera línea con los pacientes, se convierte en un apoyo fundamental para hacer frente a este aumento de la esperanza de vida. Durante el encuentro, Iñaki Betolaza compartió el nuevo modelo asistencial de la región para hacer frente a la nueva realidad social. «En 2013 en la región el 19,8% eran mayores de 65, pero para 2020 se espera que lleguen al 22,6%. Con el objetivo de hacer frente a los retos, estamos trabajando en un Decreto Regulador de Servicios y Depósitos que integre a la farmacia comunitaria y hospitalaria para optimizar el uso de medicamentos. Esto pasa por integrar a la farmacia como un agente activo más en el sistema de salud, propiciando un ámbito de cooperación».
Innovación y pacientes, protagonistas del nuevo horizonte
Otros aspectos que se pusieron en común son los cambios en los hábitos de vida, con la inclusión de las nuevas tecnologías y el papel cada vez más activo de los pacientes en el cuidado de su propia salud, derivando en un aspecto clave del nuevo panorama sociosanitario: la humanización de la salud. En este sentido, para Yolanda Tellaeche, presidenta del IFC, la farmacia tiene una labor muy importante, pues en sí misma es un establecimiento sanitario «con un componente humano muy potente» donde el farmacéutico se presenta como «una persona de confianza que se encuentra en primera línea en el trato con el paciente y sus familiares o cuidadores». Asimismo, reconoció que «ya se ha demostrado en diversas ocasiones que la intervención del farmacéutico es muy positiva, existen resultados que avalan una mejora de la adherencia al tratamiento tras su intervención».
Al respecto, Manuel Vilches destacó que «los pacientes y su entorno demandan cada vez más prestaciones y desean adoptar un papel más activo en el cuidado de su salud, hay iniciativas como la atención no presencial, la interoperabilidad y la receta electrónica privada, que favorecen la eficiencia y que hacen que el paciente se sitúe en el centro del sistema».
En la misma línea, Santiago Alfonso, como representante de los pacientes, reclamó un abordaje íntegro y multidisciplinar del paciente basado en la humanización de la salud. «Muchos pacientes no cumplen con los tratamientos, nadie mejor que otro paciente para acompañar y convencer al enfermo. Por tanto, las sinergias con la farmacia comunitaria son claves para conseguir que mejoren los resultados, más si cabe cuando hablamos del medio rural, donde es una gran oportunidad aprovechar la capilaridad de la red de farmacias».
Hacia una estrategia de coordinación entre los diferentes profesionales
Los expertos también coincidieron en que resulta esencial avanzar hacia una estrategia nacional que contemple la coordinación asistencial entre los diferentes agentes de salud para garantizar el buen diseño y la correcta implantación de la atención domiciliaria.
A modo de conclusión, Julio Sánchez Fierro recordó que «es fundamental dirigirse hacia un modelo integrador de organización asistencial, sustentado en la cooperación entre las distintas profesiones y estructuras sociales y sanitarias, optimizando la utilización de todos los recursos disponibles a través de la colaboración públicoprivada».
Del mismo modo, consideró que para evitar inequidades y desigualdades territoriales «la atención domiciliaria debería ser objeto de una estrategia aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en la que figure incluida la atención farmacéutica domiciliaria».