La prescripción de estas medicinas ha aumentado en los últimos años debido a la crisis. Según el Ministerio de Sanidad y Políticas Sociales, Extremadura es la segunda autonomía donde más psicofármacos se prescribieron el año pasado. El presidente del Colegio Extremeño de Farmacéuticos, Cecilio Venegas, aporta el siguiente dato: «En 2011 se recetaron unas 500.000 cajas de 50 unidades de Orfidal en esta región, lo que significa que, de media, cada persona tomó 25 comprimidos de esta sustancia».
Un perfil concreto
Los psicofármacos más consumidos son Orfidal, Lexatim, Tranxilium o Dalparán. También los genéricos basados en lorazepan o alprazolam. Todos necesitan receta médica y el perfil de la persona que más los requiere es el de una mujer de entre 55 y 60 años, casada y con hijos mayores que necesita un tranquilizante o un antidepresivo. El catedrático de Medicina de la Universidad de Extremadura, Francisco Vaz, advierte de los efectos que puede causar su abuso: «Se utilizan –explica– para problemas que no son para lo que han sido prescritos y se usan unas dosis mayores que las que el médico ha establecido y por más tiempo del necesario».