Así el gasto farmacéutico ambulatorio es de unos 330 millones, mientras que el hospitalario se eleva hasta los 190 millones de euros. Vergeles ha razonado el porqué de esas cifras, y cómo se ha disparado el segundo de ellos. Así, «mientras que el gasto ambulatorio ha crecido un 1,4% en la región frente al 3,2% de la media nacional, el gasto hospitalario, que es el que incorpora las innovaciones, se mueve en los dos dígitos». Más concretamente, ese aumento oscila entre el 12% y el 18%, como en el resto del país.
Esas innovaciones se refieren a los nuevos tratamientos contra enfermedades de tipo neurológico, reumático, el cáncer o las afecciones de la sangre. Aunque se ha logrado un ahorro de 8 millones en el gasto farmacéutico ambulatorio, Vergeles aboga por impulsar la investigación en los hospitales extremeños para no tener que depender tanto de las últimas patentes foráneas, que son las que tienen un precio más elevado.
Quince meses después, se invierte la tendencia
En verano de 2017 era noticia la escalada del gasto farmacéutico por receta en Extremadura. Según los datos del Ministerio de Hacienda, ese desembolso fue en junio y julio de 12,07 y 12,18 euros respectivamente. Eran los valores más altos de todas las comunidades, cuando la media estatal se situaba entonces en los 11,50 euros por prescripción. En aquellos días, el consejero Vergeles decía estar orgulloso de tener el gasto sanitario más elevado de España, pues de ese desembolso, sólo el 1% era gasto privado y el resto, el 99%, gasto público. Contextualizaba esas palabras añadiendo que esta región es donde los sueldos son los más bajos de toda España. Quince meses después, el gasto farmacéutico está bastante contenido, pero no así el hospitalario.