Hay gran disparidad de utilización de nutrición parenteral entre distintos hospitales, según la tipología y grado de complejidad. Entre los diferentes servicios de un hospital también hay variación. Los servicios quirúrgicos y las UCI son los que más demandan esta actividad, dado que según apunta esta experta de la SEFH, «se estima que entre un 5-15% de los pacientes en Cuidados Intensivos necesitan alimentación por vía parenteral, en algunas ocasiones el porcentaje es mayor y en ocasiones por tiempo prolongado».
La mayoría de pacientes adultos sometidos a nutrición parenteral son pacientes a los que se les ha practicado una cirugía complicada. «Entre los pacientes que se alimentan por vía parenteral nos encontramos con pacientes que han sido sometidos a cirugía oncológica, que sufren íleo paralítico o padecen obstrucciones intestinales, entre otras; también en niños se suele utilizar la vía parenteral en prematuros, en enfermedades gastrointestinales, o intervenciones del tracto gastrointestinal o cuando sufren alteraciones congénitas del aparato digestivo», explica la doctora Tejada.
Seguimiento clínico y nutricional
Los pacientes alimentados por vía intravenosa requieren un seguimiento clínico y nutricional con valoración del estado nutricional y análisis bioquímicos y hematológicos al inicio y periódicamente para ver la tolerancia y consecución de los objetivos nutricionales, así como un seguimiento de las posibles complicaciones metabólicas, infecciosas, mecánicas, etc. Esta experta de la SEFH puntualiza que «el farmacéutico de hospital debe conocer los tipos de nutrientes (macro y micronutrientes) en constante evolución y su manejo clínico y ser capaz de establecer una dieta personalizada, teniendo en cuenta la situación clínica de cada paciente».
El farmacéutico de hospital trabaja integrado en equipos multidisciplinares para la provisión de soporte nutricional especializado, adquiriendo una formación integral. «Para ello hay que establecer una normalización del soporte nutricional de forma consensuada con el equipo asistencial, aplicando una metodología de mejora continua de la calidad. Deben existir protocolos consensuados con el equipo y sobre todo la formulación de unidades nutritivas es de especial interés para los servicios de farmacia», matiza.
En opinión de esta experta, el farmacéutico de hospital se enfrenta a retos constantes en este campo, fundamentalmente «la necesidad de actualizar periódicamente su formación en áreas emergentes como la nutrigenética, que permitirá en un futuro diseñar dietas personalizadas o la acreditación mediante títulos que permitan mantener su nivel de competencias. Otro reto sería la adaptación a las nuevas tecnologías, que el profesional debe ir integrando en su práctica habitual para formular nutriciones de máxima calidad y seguridad en los pacientes».
Por otro lado, añade la doctora Tejada, «a nivel de la práctica clínica diaria el abordaje de la desnutrición hospitalaria sigue siendo un problema no resuelto que se sitúa en torno al 23% de los pacientes según el estudio PREDYCES (prevalencia de la desnutrición en España y costes asociados), realizado en 31 centros hospitalarios españoles».
Más información:
www.sefh.es
www.sefh58congreso.com