El farmacéutico comunitario, profesional necesario para garantizar la continuidad asistencial de los pacientes crónicos

El farmacéutico comunitario es un profesional indispensable para garantizar la continuidad asistencial de los pacientes crónicos y optimizar la terapia farmacológica. Así se desprende del documento Estrategia para el abordaje de la cronicidad en el Sistema Nacional de Salud, que ha presentado hoy el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Esta estrategia ha sido elaborada por el Ministerio con representantes de las comunidades autónomas y sociedades científicas, entre las que se encuentra la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC) en representación de este colectivo.

La elaboración de esta Estrategia responde a los cambios demográficos y epidemiológicos que se vienen produciendo en los últimos años y que están provocando un aumento de los pacientes con enfermedades crónicas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras en 2011 el porcentaje de personas mayores de 64 años en España era de un 17,2%, las previsiones apuntan a que este colectivo se duplicará en los próximos 40 años, pasando a constituir casi el 32% de la población española en 2049.

 

Equipos interdisciplinares

El documento señala que el abordaje de la cronicidad requiere fomentar el trabajo en equipos interdisciplinares formados por los diferentes profesionales de los servicios sanitarios y sociales implicados en la atención de los pacientes crónicos. Precisa, además, que el objetivo de estos equipos debe ser garantizar la continuidad de los cuidados con la máxima participación del paciente y de su entorno para alcanzar una atención integral a los problemas de salud y para ello es necesario desarrollar instrumentos y cauces de coordinación entre los distintos niveles de atención sanitaria y los servicios sociales.

El texto también señala que es imprescindible eliminar la rigidez en los roles actuales para dar respuesta a las necesidades específicas de las personas y que «los profesionales de las áreas sanitarias deben coordinarse con los farmacéuticos comunitarios, cuya posición es ideal para proporcionar una unión entre el prescriptor y el paciente y para comunicar información sobre salud y medicamentos a la población».

María Dolores Murillo, representante de SEFAC en el comité científico de la Estrategia, explica al respecto que «es importante tener en cuenta que hay un cambio de paradigma, pues pasamos de tratar enfermedades a tratar personas y en este aspecto el farmacéutico comunitario puede aportar mucho por su cercanía y proximidad con los pacientes, y no solo en aspectos farmacoterapéuticos, sino también en la educación sanitaria para incrementar la implicación de los pacientes en el cuidado de su salud».

De hecho, el documento indica también que el papel del farmacéutico comunitario ha evolucionado en las últimas décadas desde elaborador y dispensador de fármacos hacia proveedor de servicios y de información, así como proveedor de cuidados de salud, contribuyendo a mejorar el acceso a la atención sanitaria, la promoción de la salud y el uso de los medicamentos.

 

Optimizar la terapia farmacológica

Entre los objetivos específicos de la Estrategia figura el de optimizar la terapia farmacológica en los pacientes con tratamientos crónicos, con especial atención a los pacientes polimedicados. En este aspecto, el texto reconoce varios elementos defendidos por SEFAC, como la importancia de facilitar el acceso a los farmacéuticos comunitarios a la información necesaria para el desarrollo de sus funciones como responsables de la dispensación de los medicamentos a los ciudadanos. En relación con este y otros aspectos relacionados con la continuidad asistencial, el documento destaca la relevancia especial de la historia clínica electrónica compartida, que permitirá que toda aquella información clínica, básica y fundamental para una atención sanitaria y social de calidad esté disponible para los profesionales que deban prestar la atención.

Del mismo modo, la Estrategia reconoce la necesidad de favorecer la cooperación del farmacéutico en el seguimiento de los pacientes a través de los procedimientos de atención farmacéutica, contribuyendo así a asegurar la eficacia y seguridad de los tratamientos.

Otros elementos de importancia en los que el farmacéutico comunitario puede y debe desempeñar un papel esencial son los de garantizar la conciliación de la medicación en todas las transiciones asistenciales entre niveles y/o profesionales y en la revisión sistemática de la medicación con el fin de prevenir y detectar problemas relacionados con los medicamentos y mejorar la adherencia a los tratamientos.