El Ayuntamiento y el COF de Barcelona acuerdan extender la red de Radares

La teniente de alcalde de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Ortiz, y el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, Jordi de Dalmases, han firmado hoy el convenio de colaboración que da continuidad y quiere extender y consolidar la red de ‘Radares’, implantada ya en 31 barrios de la ciudad. Se trata de un proyecto de acción comunitaria que en estos momentos permite a un total de 712 personas mayores evitar los riesgos de exclusión y aislamiento, gracias a la colaboración e intervención coordinada de farmacias, comercios, servicios sociales y vecinos voluntarios.

El Ayuntamiento y el COF de Barcelona acuerdan extender la red de Radares
El Ayuntamiento y el COF de Barcelona acuerdan extender la red de Radares

El proyecto ‘Radares’, que arrancó en 2008 en el distrito de Gracia, se dirige especialmente a aquellas personas que viven solas y no cuentan con una red sociofamiliar estable que pueda cubrir sus necesidades sociales, de afecto y amistad, con el riesgo de resultar invisibles a su entorno. Trinitat Vella, Roquetes, Sarrià y Tres Torres son los últimos barrios adheridos al proyecto ‘Radares’, que el Ayuntamiento quiere extender a dos tercios de la ciudad en los próximos tres años.

Impulsado por el Instituto de Servicios Sociales, ‘Radares’ coordina la colaboración de entidades, vecinos y vecinas, comercios del barrio, farmacias, y otros servicios, para vertebrar una red comunitaria que posibilite, no sólo la detección de las personas mayores en riesgo de aislamiento o con sentimiento de soledad, sino que permita también el desarrollo de acciones preventivas para que personas mayores en situación de vulnerabilidad puedan continuar disfrutando de autonomía.

Una de las novedades que contempla el convenio firmado hoy es que las farmacias puedan convertirse en punto de encuentro de estas personas con el objetivo de establecer un vínculo entre ellas, así como ofrecer un espacio donde intercambiar experiencias y donde desarrollar puntualmente intervenciones de educación sanitaria.

Funcionamiento del proyecto
La detección de personas mayores en situación de vulnerabilidad o soledad se hace con la colaboración de todos los ‘Radares’ vecinales, comerciales y farmacias del barrio, y con la implicación de las áreas básicas de salud y otros equipamientos de territorio, que, cuando se detecta una situación de estas características, se ponen en contacto con los responsables del proyecto, que contactan con la persona y le ofrecen la oportunidad de participar. Con el objetivo de completar esta función, y con la colaboración de la Cruz Roja, un equipo de voluntarios hacen prospecciones barrio por barrio para detectar personas mayores que viven solas y que sean potencialmente beneficiarias de ‘Radares’.
Una vez la persona mayor se adhiere al proyecto se le ofrece recibir llamadas periódicas de seguimiento, no sólo para evaluar su situación, sino también para favorecer la creación de un vínculo de confianza con los agentes y recursos del entorno, que facilitan el acompañamiento y el vínculo de esa persona con los servicios y recursos del territorio.
El proyecto busca romper la soledad no deseada, vinculando las personas usuarias de ‘Radares’ en su comunidad, para lo cual se fomenta su participación en actividades promovidas por las entidades o equipamientos del barrio, favoreciendo espacios de encuentro que faciliten el establecimiento de relaciones sociales (con otros usuarios ‘Radares’, con personas voluntarias del proyecto, con vecinos y vecinas del barrio, etc.).

Las farmacias, agentes clave de ‘Radares’
El papel de las farmacias es capital para el proyecto Radares, ya que sus profesionales tienen un perfil idóneo como agentes de salud, al tiempo que son establecimientos plenamente integrados en el tejido social del entorno. Cada farmacia puede escoger el tipo de intervención que hace en el marco del proyecto, y puede actuar como:

  • Radar básico: el farmacéutico o farmacéutica podrá identificar y comunicar situaciones de riesgo relacionadas con la población diana, aconsejando y derivando las personas en la red de Servicios Sociales vía telefónica o por correo electrónico. Una vez facilitada la información del posible usuario, los técnicos municipales validarán el caso, para explorar la gravedad de la situación y derivarlo al Centro de Servicios Sociales correspondiente.
  • Farmacias como espacio de mediación: el farmacéutico podrá interceder y hacer que la farmacia sea un punto de encuentro entre la persona mayor y los Servicios Sociales. También puede hacer difusión del proyecto con la ayuda de materiales de comunicación o con la ayuda del voluntariado de las entidades del tercer sector que colaboran.
  • Radar especializado: el farmacéutico puede complementar la tarea de Servicios Sociales, trabajando en los casos que se ha determinado que requieren de una actuación de tipo sanitario, como la revisión de medicamentos, seguimiento farmacoterapéutico con dispositivos de dosificación personalizada, o educación sanitaria ante una patología.

Para el presidente del COFB, «es una satisfacción para la profesión la renovación de este convenio, ya que permite demostrar, una vez más, la utilidad social de la farmacia y el compromiso que tiene con las personas. Somos los agentes sanitarios más cercanos, y gracias a proyectos como ‘Radares’, podemos desarrollar acciones que en coherencia con nuestra voluntad de aportar valor al entorno y, más concretamente, mejorar la calidad de vida de las personas mayores, que es uno de los principales colectivos con los que tratamos en la farmacia».

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