La situación viene de lejos. La administración valenciana, no sólo la sanitaria, tiene graves problemas de liquidez y suda la gota gorda para ir cumpliendo con sus compromisos. Las boticas de esta Comunidad ya tuvieron que ir a la huelga hace unos meses, en diciembre pasado, cuando Sanitat comenzó con los retrasos en los pagos de las recetas despachadas. Poco a poco la deuda de 2011 ha sido satisfecha durante el presente ejercicio, unos 540 millones según el Consell. Pero, en paralelo, se ha acumulado un montante por satisfacer de 460 millones de euros, el equivalente a las recetas facturadas hasta mayo de 2012. Estos impagos han situado a muchas oficinas ante el concurso de acreedores y hacen peligrar el abastecimiento de las boticas valencianas.
El desencadenante de los paros se dio el pasado día 4 de junio, cuando Sanitat dejó de abonar los 120 millones correspondientes a enero, después de haber aplazado el pago en diversas ocasiones. Eso fue considerado por los colegios oficiales como motivo suficiente para convocar dos jornadas de huelga. De nada sirvió que la Administración sanitaria valenciana pagara el 6 de junio.
La inmensa mayoría de oficinas de farmacia llamadas al cierre lo siguió, cifrándose en el 97,7% de las mismas el porcentaje de las que bajaron la persiana. Los ciudadanos se podían encontrar mensajes alusivos a la situación que padecen los farmacéuticos tales como «La Generalitat Valenciana se ha quedado ¡¡otra vez!! sin dinero para medicamentos. Consulte con su farmacéutico».
«Por supuesto que entendemos las extraordinarias dificultades de tesorería de la Generalitat –declaraba María Teresa Guardiola, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (COFV)–, pero si la Administración, con todo su poder y capacidad, ha hecho un esfuerzo, imagínense el sacrificio que están haciendo las oficinas de farmacia, con una capacidad mucho menor, que están soportando más de un año de continuos retrasos, endeudamiento y, sobre todo, incertidumbre sobre su futuro más inmediato, porque la Generalitat se niega a dar un plan de normalización e incluso a sentarse en una mesa para dialogar».
Jaime Carbonell, máximo responsable del COF de Alicante, señalaba que «a partir de ahora vamos a dejar que se estabilicen un poco las aguas y ya veremos qué pasa», al tiempo que reiteraba que las protestas son «para poder comprar medicinas y dárselas a los pacientes». El sector también ha reclamado a Sanitat que se incluya la deuda con las farmacias en el plan de proveedores auspiciado por la Administración central. Además, se recuerda que la Comunitat Valenciana absorbe en julio y agosto gran parte del turismo nacional y extranjero y que se puede dar la situación de que las farmacias estén desabastecidas y sin medicamentos al no poder comprarlos.
Por su parte, el conseller de Sanitat, Luis Rosado, cuestionado sobre una posible fecha para realizar el próximo pago de las facturas que el Consell adeuda al sector, indicó que se abonarán «en el momento» en que haya «disponibilidad» para poder hacerlo. Ante la petición de los farmacéuticos de que las cuentas correspondientes al mes de febrero se liquiden dentro de este mes de junio, el conseller insistió en que se hará «cuando se pueda hacer».