Son conclusiones de la Face Values: Global Perceptions Survey, una investigación basada en los resultados de 6.831 encuestas realizadas entre octubre y noviembre de 2013 en Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, México, Suecia, Dinamarca e Irlanda. El objetivo era conocer cómo viven estos pacientes su problema de piel y qué primera impresión generan en los demás a la hora de relacionarse o de encontrar trabajo.
Los resultados de la Face Values: Global Perceptions Survey salieron a la luz en España coincidiendo con la presentación del Programa Global de Concienciación sobre la Rosácea 'Act on Red' ('Planta cara al enrojecimiento´), en una rueda de prensa que contó con la presencia de la doctora Natalia Jiménez, dermatóloga del Hospital Quirón San José de Madrid y máster en Dermatología Estética por la Universidad de Alcalá; Lucía Arroyo, farmacéutica comunitaria, máster en Atención farmacéutica y cofundadora del Blog quemedaspara.es, y David Barrios, general manager de Galderma Ibérica-España & Portugal.
La iniciativa, que cuenta con el respaldo de asociaciones de profesionales dedicadas al cuidado de la piel como la British Association of Dermatologists (BAD) o la French Society of Dermatology, anima a las personas que sospechen tener rosácea a que pidan ayuda a su médico para diagnosticar la enfermedad y controlar sus síntomas.
Percepción negativa
Según este estudio, que detectó que el 12% de los encuestados padecía enrojecimiento facial asociado a la rosácea y sólo un 1% estaba diagnosticado, las personas con este problema de piel están menos satisfechas con su aspecto físico que el resto (29% de personas con rosácea satisfechas frente al 63% de encuestados sin rosácea).
Casi la mitad de estos pacientes (46%) cree que su rojez facial influye en la percepción que tienen otros de ellos. Esta encuesta confirma sus miedos: las personas con enrojecimiento por rosácea son percibidas por los demás como menos inteligentes, fiables o exitosos que aquellas sin rosácea. También se cree, tras juzgar por la primera impresión que causa su aspecto, que tienen menos probabilidades de tener una relación, empleo cualificado o de ser contratados en una entrevista laboral.
Ocho de cada diez de esos pacientes (78%) consideran su enfermedad impredecible y difícil de controlar. Sin embargo, los datos de Face Values: Global Perceptions Survey revelan que los pacientes diagnosticados tienen mayores probabilidades de mantener sus síntomas bajo control (39%) que aquellos aún por diagnosticar (20%), casi el doble. Las personas diagnosticadas tienden a estar más motivadas para deshacerse del enrojecimiento y más abiertas a probar cambios en su estilo de vida o cosméticos.
Controlar los síntomas
Para la doctora Jiménez, identificar los síntomas de la rosácea y acudir al médico para conseguir un diagnóstico es el primer paso para poder controlar sus síntomas. «La rosácea es una enfermedad crónica, que no tiene cura, pero su diagnóstico es clave, ya que aquellas personas que logran diagnosticar su enfermedad tienen el doble de posibilidades que el resto de mantener el enrojecimiento a raya», apunta.
Una vez identificado el problema, el siguiente paso es reconocer los factores que activan sus síntomas y entre los que se encuentran la exposición solar; determinados alimentos, bebidas y productos cosméticos; el ejercicio o el estrés. Según Lucía Arroyo, «aunque no es curable, la rosácea es un problema manejable y tratable a través de una rutina adecuada para el cuidado de la piel, del control de los factores que disparan su aparición y con terapias tópicas, que mejoran el aspecto del rostro».
Datos de prevalencia
La rosácea afecta sobre todo a población adulta entre los 30 y los 60 años. El enrojecimiento facial es un síntoma común y persistente de la rosácea. Se trata de una condición tratable, que afecta a más de 40 millones de personas en todo el mundo. En España, unos 4,2 millones de personas padecen rosácea, un problema que afecta a cerca del 14% de la población de entre 18 y 64 años, según datos de 2012. Por comunidades autónomas, su prevalencia se sitúa por encima de la media nacional en Asturias (29%); Cataluña (22%); Castilla y León (22%): Baleares (17%); Comunidad de Madrid (15%) y País Vasco (15%). Por debajo están Canarias (14%); Andalucía (13%); Comunidad Valenciana (9%); Castilla La Mancha (8%) y Aragón (6%).
Del total de personas con rosácea en España, el 81% (3.402.000 personas) no recibe tratamiento, la mayoría del ellos (el 58%, 1.973.160 personas) por un problema de falta de información sobre esta enfermedad y su tratamiento. Sólo dos de cada diez pacientes con rosácea declara estar siguiendo tratamiento o haberlo recibido en el último año, duplicando el porcentaje de mujeres al de hombres tratados.
Planta cara al enrojecimiento Más información: www.plantacaraalenrojecimiento.es Redes sociales: |