¿Qué impacto ha tenido la COVID-19 en el número de estudios llevados a cabo durante la pandemia? ¿Qué medicamentos se están desarrollando más allá de esta enfermedad? A estas y otras cuestiones ha dado respuesta la segunda ponencia de la jornada de Infarma Virtual 2021, moderada por Aina Surroca, secretaria del Col·legi de Farmacèutics de Barcelona (COFB).
La mesa, que ha llevado por título «Actualización en la investigación de nuevos medicamentos: más allá de la COVID-19», ha corrido a cargo de Gonzalo Calvo, jefe del Servicio de Farmacología Clínica y coordinador del Comité de Terapias Avanzadas del Hospital Clínic, y Rafael Maldonado, investigador y profesor del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la Universitat Pompeu Fabra.
Al comienzo de la ponencia, Surroca ha destacado que «la comunidad científica lleva más de un año con un gran esfuerzo para desarrollar vacunas y tratamientos, pero consideramos que no todo es COVID-19. Desde el Comité Científico de Infarma quisimos planificar esta sesión para conocer cuál es la situación de otras líneas de investigación que se están llevando a cabo en nuestro entorno y qué terapias están en desarrollo actualmente».
Impacto de la COVID-19 en estudios aprobados por la AEMPS
Siguiendo las palabras de la secretaria del COFB, ha comenzado su intervención Gonzalo Calvo: «Durante un año parecía que no había nada más que la COVID-19, pero, junto a mi equipo, nos ha parecido interesante ver de manera sistemática qué otros estudios se están haciendo más allá de esta enfermedad».
Para ello, ha presentado diversos datos, como los estudios aprobados por la AEMPS por área terapéutica durante los años 2019 y 2020: «La investigación de la COVID-19 se mueve en 3 campos terapéuticos: sistema inmunitario, enfermedades víricas y tracto respiratorio. En 2020 sí que hubo un pequeño aumento en la categoría de enfermedades víricas, pero la distribución por áreas terapéuticas es básicamente la misma entre un año y otro. Como siempre, la oncología y la hematología oncológica cuadruplican cualquier otra actividad de investigación». Por todo ello, Calvo ha concluido que «el impacto de la COVID-19 en la investigación ha sido aditivo, en ningún caso sustitutivo. No ha desplazado otras investigaciones, por lo que el número de estudios no COVID-19 permanece prácticamente estable».
El hecho de que a pesar de la COVID-19 el número de estudios no haya disminuido es muy significativo, según Calvo, porque «durante unos meses fue difícil la gestión y monitorización de estudios en los hospitales. Es decir, hubo ralentización del reclutamiento, disminución de las capacidades de hospitalización y seguimiento, dificultad en la gestión y monitorización, además de saturación de estructuras».
Durante su ponencia, el jefe del Servicio de Farmacología Clínica y coordinador del Comité de Terapias Avanzadas del Hospital Clínic también ha aportado algunos datos acerca de la actividad reguladora para conocer si, a raíz de la pandemia, han bajado las solicitudes de autorización de medicamentos que no son para la COVID-19 de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). Calvo ha explicado que el número de fármacos aprobados en Europa en 2019 fue de 30 y en 2020 fue de 39, incluyendo las vacunas. A la FDA le pasó una situación similar, pasó de 48 autorizaciones en 2019 a 53, en 2020. Por lo tanto, ha concluido: «Fuera del impacto mediático y de cómo nos ha afectado la pandemia, la vida en el ámbito de la investigación ha seguido exactamente igual en términos de producción de ideas y de iniciativas para realizar proyectos de investigación».
Recientes avances en neurofarmacología: anticuerpos monoclonales terapéuticos
En su intervención, Rafael Maldonado ha profundizado en los anticuerpos monoclonales en neurofarmacología y, concretamente, en los avances en investigación de anticuerpos monoclonales para los tratamientos de la migraña y de la enfermedad de Alzheimer. También ha abordado las características farmacodinámicas diferenciales de estos anticuerpos, apuntando que tienen una mayor afinidad y una mayor selectividad en la diana. En la parte final de su intervención, ha resumido los beneficios de los anticuerpos monoclonales terapéuticos.