“Sustituir el prospecto en papel exclusivamente por formatos digitales no solo generaría barreras de acceso a la información, sino que pondría en riesgo la salud de millones de personas, especialmente de los colectivos más vulnerables”. Así han manifiestado de manera conjunta la Organización Médica Colegial de España (OMC), el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF), la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) y la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) su preocupación ante la posible eliminación del prospecto en papel de los medicamentos dispensados en farmacias comunitarias.
Las cinco organizaciones, que han presentado los argumentos de su posicinamiento esta mañana, consideran que el plazo de 5 años, marcado en estos momentos por la directiva europea para la eliminación del prospecto papel, es insuficiente para cerrar una brecha digital tan profunda como la que afecta a millones de ciudadanos. Por ello, afirman que la adaptación a un modelo exclusivamente electrónico requiere más tiempo para que nadie quede atrás: "La transformación digital en el ámbito sanitario debe ser progresiva y realista, teniendo en cuenta que superar desigualdades de este calibre exige un horizonte temporal más amplio y estrategias integrales que aseguren una transición inclusiva y efectiva".
Los firmantes advierten de que la digitalización forzada del prospecto puede agravar la brecha digital, afectando especialmente a personas mayores, polimedicadas o con escasa alfabetización digital, que dependen del formato en papel para el correcto uso de sus medicamentos. Los firmantes se suman también a la declaración europea sobre la información electrónica de productos (ePI), publicada el 15 de noviembre de 2024, promovida por las organizaciones europeas de médicos, farmacéuticos, consumidores, personas mayores, etc. en la que se solicita a los legisladores conservar el prospecto en papel y utilizar el electrónico como herramienta complementaria.
Competencias digitales
Solo el 55,6% de la población de la UE posee competencias digitales básicas, lo que demuestra que millones de ciudadanos carecen de los conocimientos necesarios para consultar información electrónica de manera autónoma, según un informe de la Comisión Europea sobre el estado de la Década Digital (julio de 2024). Además, un estudio efectuado por OCU en 2022 reveló que el 78% de los españoles preferían disponer del prospecto en formato en papel.
Por otro lado, el informe Health at a Glance 2024, de la OCDE, confirma que la necesidad de información sobre medicamentos aumenta con la edad debido al mayor consumo de fármacos y la prevalencia de enfermedades crónicas. Paradójicamente, son estos pacientes quienes enfrentan mayores dificultades para acceder a tecnologías digitales, ya sea por falta de dispositivos, conexión a Internet o conocimientos tecnológicos.
Por todo ello, los firmantes del posicionamiento consideran que eliminar el prospecto en papel supondría dejar atrás a una parte significativa de la población, aumentando el riesgo de errores en la medicación y afectando directamente a su seguridad y autonomía.
Una herramienta de seguridad
Como aseguran, el prospecto en papel no es solo una hoja informativa, sino un elemento clave para la seguridad del paciente. La información contenida en los prospectos no es un mero anexo; es una herramienta fundamental para el uso racional del medicamento. Su inclusión en el envase asegura que los pacientes dispongan de ella en todo momento, permitiendo una consulta rápida y sin barreras tecnológicas. Además, el prospecto en papel permite a los cuidadores, especialmente en el caso de personas dependientes, acceder de forma inmediata a las indicaciones necesarias para un uso seguro.
Ante esta situación, las organizaciones firmantes instan a los legisladores a:
- Mantener el prospecto en papel como obligación legal: este formato debe seguir acompañando a los medicamentos dispensados en farmacias comunitarias, lo que garantiza que la información esté siempre disponible de manera inmediata y accesible.
- Promover medidas inclusivas: las herramientas digitales deben ser complementarias, lo que asegura que ningún paciente quede excluido por falta de acceso o conocimientos.
- Fomentar estudios de impacto: antes de implementar cambios significativos en el formato de los prospectos, es necesario evaluar el impacto real sobre los pacientes, especialmente en los colectivos más vulnerables.
- Proteger a los colectivos vulnerables: instamos a las autoridades a considerar las necesidades específicas de las personas mayores, polimedicadas y con recursos limitados al diseñar nuevas políticas sobre la información de los medicamentos.
- Impulsar campañas educativas: proponemos que se desarrollen iniciativas que sensibilicen a la población sobre el uso seguro de medicamentos, aprovechando tanto el formato en papel como las nuevas tecnologías.