Instaurar servicios profesionales remunerados tendría claros beneficios: reforzar el papel del farmacéutico como experto, eliminar la dependencia de la evolución negativa de los precios de los medicamentos y mejorar la percepción del paciente. Sin embargo, requeriría una reorganización de la farmacia, más negociaciones y acuerdos entre los agentes sanitarios y estaría supeditada a la incertidumbre por la regulación discrecional a la que está sometida la rentabilidad de la Farmacia.
Luis Barrio también explicó que la mayoría de los países están descubriendo vías alternativas de remuneración farmacéutica, aunque los resultados en algunos casos no son muy alentadores al no haber sabido compensar el esfuerzo al farmacéutico o trasladar al paciente dicha remuneración.
Por último, el experto aleccionó a los farmacéuticos a luchar por recuperar el margen perdido con los sucesivos reales decretos en los últimos años y a buscar instaurar un sistema de servicios profesionales remunerados que compense de forma realista costes y esfuerzo.
Más formación de cultura empresarial
Por otra parte, en la mesa redonda dedicada a la cartera de servicios y moderada por Concepción Vicedo, Luis de Palacio, secretario general de FEFE, advirtió que «hace falta una formación de cultura empresarial que complemente nuevos servicios».
Ante la falta de acuerdo en los criterios generales sobre los servicios profesionales, todos los ponentes, incluido Jesús Gómez, presidente de SEFAC, coincidieron en la búsqueda de sinergias.
En la misma mesa, Mari Carmen Lozano, de la Facultad de Farmacia de la Universidad Alfonso X Sabio, resaltó que los farmacéuticos ya están capacitados por su titulación reglada para nuevos servicios, lo que no está reñido con la actualización voluntaria de conocimientos.