Casi la mitad de los pacientes crónicos y el 20% de los agudos incumplen el tratamiento

En Andalucía hay más de cuatro millones de pacientes crónicos. De ellos, casi la mitad no cumple su tratamiento. Estas son las principales conclusiones del Documento de Consenso sobre Adherencia y Cumplimiento Terapéutico presentado en el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, con el título Una aproximación multidisciplinar al problema de la adherencia terapéutica en las enfermedades crónicas: estado de la situación y perspectivas de futuro.

Este libro pone de manifiesto que el impacto de la adherencia o cumplimiento terapéutico es un problema sanitario de gran magnitud. En palabras del doctor Manuel Ollero, coautor del libro y director del Plan Andaluz de Atención Integrada a Pacientes con Enfermedades Crónicas, «los datos que arroja la evidencia disponible así lo confirman: el incumplimiento en Andalucía afecta a casi al 50% de los pacientes con tratamientos crónicos y al 20% de los pacientes con agudos». El doctor Ollero indicó asimismo que de estos pacientes crónicos, más de 360.000 son polimedicados y, de ellos, más de 36.000 toman diariamente cinco medicamentos.

 

Objetivo de la elaboración del documento

El objetivo de esta iniciativa es concienciar sobre el impacto real y alcance del incumplimiento terapéutico en enfermos crónicos para discernir cómo afecta a su salud y al sistema sanitario y, de esta manera, trazar las líneas a seguir para minimizar los costes asociados al incumplimiento con la elaboración de programas específicos para favorecer la adherencia a los tratamientos.

En la elaboración del documento ha participado un equipo multidisciplinar de expertos que han contemplado todos los ámbitos del sistema sanitario: medicina, enfermería, farmacia y pacientes. Este consenso ha sido coordinado por el doctor Pedro Conthe, ex presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y miembro del Patronato de la Fundación Española de Medicina Interna, y por el doctor Emilio Márquez Contreras, secretario y coordinador del Grupo de Adherencia e Inercia Terapéutica de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-Lelha).

Asimismo, han participado en la elaboración del consenso, como coautores, el doctor Manuel Ollero, el profesor José Luis Pinto, catedrático de Economía de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla; la doctora Nuria Fernández de Cano Martín, miembro del Grupo de Trabajo de Gestión del Medicamento y Seguridad del Paciente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN); Begoña Barragán, vocal del Foro Español de Pacientes y presidente del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC); la doctora Ana Aliaga, secretaria general del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), y el doctor Máximo González Jurado, presidente del Consejo General de Enfermería de España, y que ha contado con la colaboración de MSD.

 

El impacto del incumplimiento

En la presentación del Documento el doctor Emilio Márquez destacó que «el impacto de la falta de adherencia al tratamiento farmacológico alcanza cifras relevantes y describe el verdadero alcance de este problema sanitario. Concretamente en España, las cifras del incumplimiento de las medidas higiénico-dietéticas en los pacientes hipertensos están alrededor del 85%. Asimismo, según la evidencia recogida en este documento existen abundantes referencias que relacionan la falta de cumplimiento de los tratamientos con un aumento de la morbimortalidad».

«Por ello –continuó Márquez– además de provocar un descenso en la calidad de vida del paciente y de poner en riesgo su salud, genera costes considerables».

Los autores aportan claves encaminadas a mejorar el bienestar de los pacientes y a la sostenibilidad del sistema sanitario, ya que el cumplimiento terapéutico se asocia a una disminución de la mortalidad global.

Este trabajo multidisciplinar llega a la conclusión de que mejorar el cumplimiento terapéutico repercute de forma muy positiva en la eficiencia de los planes de salud y las políticas sanitarias.

Por su parte, Ana Aliaga manifestó que «la adherencia terapéutica es indispensable que se realice a nivel multidisciplinar para un buen control de las enfermedades, en especial, de las crónicas. La farmacia, como establecimiento sanitario más accesible a los ciudadanos, tiene un papel fundamental a la hora de mejorar la adherencia a los tratamientos. De hecho, la intervención de los farmacéuticos, profesionales sanitarios expertos en farmacología, ha demostrado su eficacia como estrategia para aumentar el cumplimiento en enfermedades como diabetes mellitus, hipertensión o dislipemias».

Aliaga añadió que «la farmacia puede ofrecer diferentes servicios dirigidos a la mejora de la adherencia como son el uso de sistemas personalizados de dosificación o el seguimiento farmacoterapéutico, entre otros, aprovechando también el uso de nuevas tecnologías. Además, el farmacéutico, dentro de su labor asistencial, ofrece a los pacientes información y formación de calidad, imparcial y personalizada sobre los medicamentos, contribuyendo a que entienda la importancia de un adecuado cumplimiento».

Manuel Ollero también explicó que «diversos estudios advierten que la falta de adherencia terapéutica puede llegar a condicionar hasta un tercio de los ingresos hospitalarios y, a pesar de todo, los planes de salud y las políticas sanitarias rara vez tienen en consideración este problema». En cierto modo, dijo, la adherencia terapéutica no se toma suficientemente en serio por los encargados de gestionar planes sanitarios eficientes y viables, que podrían minimizar costes tratando de aumentar el cumplimiento de las prescripciones. De este modo, señaló que «potenciar la adherencia al tratamiento constituye una de las mejores medidas de ahorro y una gran contribución a frenar el gasto sanitario».

 

Estrategias para un mejor cumplimiento

No existe una estrategia que por sí sola sea efectiva. Solo es efectiva, y de forma moderada, la combinación de más de una estrategia. Según la evidencia científica no existe una única intervención efectiva, sino la combinación de las mismas. Sin embargo, en este documento se han extraído una serie de estrategias consideradas como las más recomendables y contrastadas para un mejor cumplimiento.

A este respecto, el Dr. Márquez sostuvo que «una de las estrategias más efectivas consiste en educar al paciente acerca de su enfermedad, de forma individual y grupal, reforzando la motivación, concienciándole y desarrollándose especialmente en colaboración con los diferentes profesionales sanitarios (médicos, enfermeros y farmacéuticos). El uso de llamadas telefónicas o el envío de cartas que ayuden al paciente a recordar citas con el profesional sanitario o que fomenten el cumplimiento pueden también ayudar a aumentar la adherencia».

En un terreno más práctico, se propone el uso de tarjetas de control y automedición, la realización de programas personalizados de dosificación, el aprendizaje de técnicas y uso de material que permitan el autocontrol de la enfermedad (tensiómetro en hipertensos, por ejemplo) y fomentar las recompensas en caso de cumplimiento superior al 90% (felicitaciones, aumento del tiempo entre citas...).

El documento de consenso recoge que es posible aumentar la adherencia de los pacientes al tratamiento a través de programas específicos. Es primordial, en primer lugar, detectar si de hecho existe un incumplimiento farmacológico y tratar de discernir las causas. Para la solución, se ha demostrado que las medidas más eficaces se basan en una mayor eficiencia organizativa: a la hora de concertar citas con el personal sanitario (automatizar el proceso, que hasta ahora se hace por petición del paciente), impartir cierta educación sanitaria al enfermo, el uso de llamadas programadas para recordar las prescripciones, además de reforzar actividades que favorezcan el cumplimiento y reconocer el esfuerzo del paciente.

 

Se puede acceder al Documento de Consenso en:

http://goo.gl/lHFvD