Una de las principales conclusiones derivadas del desayuno ha sido que los biosimilares ofrecen una gran oportunidad para controlar el coste y la disponibilidad de medicamentos biológicos, lo que contribuye a la sostenibilidad y eficiencia de los sistemas sanitarios mundiales. De hecho, según los datos que se han barajado durante la sesión, se estima que los biosimilares supondrán un ahorro de 2.443 millones de euros entre 2009 y 2020, lo que equivale al 1,3% del gasto farmacéutico total del SNS durante este periodo.
El Dr. José Luis Poveda, jefe del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario y Politécnico de la Fe, ha comentado que «el uso de biosimilares está suponiendo importantes hechos que conviene resaltar y que generan valor para los pacientes y el Sistema Nacional de Salud». «El biosimilar –ha dicho– aporta innovación, especialmente en los avances en la producción y en la posibilidad de reducción de costes, pero no debemos olvidarnos de la aportación en investigación, en resultados de salud, que han supuesto conocer mejor los datos de eficacia de los tratamientos en vida real».
Poveda ha querido destacar durante la jornada que «situar al biosimilar en el mismo plano de eficacia y seguridad que el producto de referencia, constituye un ejercicio que el farmacéutico de hospital está impulsando desde la información y la cooperación con el resto del equipo clínico, así como con la medición de resultados».
Además, durante la jornada se han tratado temas como la estrategia de futuro y los retos en el desarrollo de los biosimilares, su impacto en el SNS y los beneficios que presentan para los pacientes, en concreto, los que padecen enfermedades inflamatorias, así como los obstáculos a los que se enfrentan los biosimilares en el mercado actual.
Los expertos han señalado como principales barreras la falta de regulación específica, la intercambiabilidad entre los medicamentos de este tipo y la ausencia de incentivos entre los profesionales sanitarios para lograr un uso racional de los medicamentos biosimilares. A ello se le suma la falta de formación de los profesionales sanitarios en materia de biosimilares y de información por parte de los pacientes.
En palabras de Regina Múzquiz, directora general de la Asociación Española de Biosimilares (BioSim), «los pacientes están cada vez más informados e interesados en sus patologías y, por tanto, en sus tratamientos. Si bien es cierto que la confianza en el médico es clave en la relación médico-paciente, los pacientes demandan cada vez más información», a lo que ha añadido que «además de centrar los esfuerzos formativos de la industria farmacéutica en los profesionales sanitarios que están en continuo contacto con el paciente, es fundamental asegurarse de hacer llegar a los propios pacientes información rigurosa y veraz sobre los biosimilares, para así disipar todas sus dudas o reticencias si las hubiera».
El Dr. Esteban Rubio, reumatólogo responsable de la Unidad de Espondiloartritis, Artritis Psoriásica y Uveitis del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Virgen del Rocio de Sevilla, no ha dudado en afirmar que «el futuro es del biosimilar, y su uso extendido, es cuestión de tiempo. Es esperable que administraciones, clínicos, pacientes y la propia industria farmacéutica trabajen en pos de un escenario de uso generalizado para los fármacos ya contrastados en todos aquellos casos de mala evolución de la enfermedad en ‘las mejores condiciones de sostenibilidad’ para el sistema de financiación pública».
«La penetración de los biosimilares en el mercado depende en gran medida de la confianza en estos fármacos por parte de todos agentes implicados en el SNS y las políticas incentivadoras», ha concluido Múzquiz.