Tal y como explica Eva Mª Illera, responsable del departamento Laboral de Asefarma, «una de las ideas principales que nos ha traído
«La tendencia acertada ante un futuro cambiante debería ser la de desvincular los incrementos salariales al IPC y que los salarios no supongan una carga salarial considerable», añade Illera. Así, apostamos por un cambio en la política retributiva, «abogando por una retribución flexible en un entorno en el que ya no parece lógica la tradicional retribución fija, rígida e inflexible ante los cambios económicos que puedan afectar a la farmacia».
¿Algunos ejemplos? Podrían citarse muchos y variados pero si se ha de destacar alguno, podríamos citar la ayuda al alquiler que, además de ser un gasto totalmente deducible para la empresa, permite al trabajador reducir considerablemente el porcentaje del IRPF al que están sujetas sus retribuciones; el ticket transporte (deducible para la empresa); el ticket guardería, el ticket informático, seguros médicos o tickets restaurante para el empleado.
A través de herramientas como ésta, un facultativo con un salario según convenio podría disponer al año de unos 1.600 euros más, al estar exentas estas retribuciones de tributación. La farmacia, por su parte se beneficia al ahorrarse la cotización de esta retribución.
Planes que «permiten subir el sueldo del empleado sin que la empresa aumente sus costes salariales, mediante fórmulas que, si bien antes parecían exclusivas de las grandes empresas para puestos directivos, ahora también pueden implantarse en la farmacia con un ahorro de costes considerable», concluye la responsable del departamento Laboral de Asefarma.
Información: www.asefarma.com