«Vamos hacia un sistema de salud que piensa el derecho a la salud en términos de detección precoz y de prevención, de promoción de la salud» y, en ese contexto es fundamental la «alianza estratégica con esta red única de la farmacia comunitaria», afirmó Comín, quien añadió que «sin la profesión farmacéutica no habría el nivel de éxito que en estos momentos tenemos, sin los farmacéuticos no lo podríamos superar».
Por su parte, el presidente del Col·legi de Farmacèutics de Barcelona, Jordi de Dalmases, aseguró que «la farmacia tiene mucho que aportar para conseguir los objetivos de salud que nos marquemos como sociedad» y, en este sentido, asumió como propios los objetivos recogidos en el Plan de Salud de Cataluña. «Apostamos por trabajar de forma coordinada con el resto de profesionales sanitarios, juntos tendremos buenas noticias que dar en el avance de la salud de las personas».
Agustín Rivero, desde el Ministerio de Sanidad, valoró la evolución de la profesión farmacéutica de los últimos años hacia «el nuevo rol» de la prestación de servicios. «Esta visión asistencial orientada al seguimiento del paciente es una metamorfosis importante, una línea en la que hay que seguir trabajando», apuntó. El director General de Cartera Básica de Servicios y Farmacia, también pidió la colaboración profesional entre farmacias, médicos y enfermeros para que «trabajen con ahínco en la mejora de la atención del paciente», además de favorecer el objetivo de tener un paciente bien informado, que desde el punto de vista del seguimiento es «tan importante para el sistema o más que los propios profesionales sanitarios».
Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, recordó el «enorme valor sanitario como profesionales de las oficinas de farmacia y al servicio del Sistema Nacional de Salud» y pidió a «las administraciones sanitarias que introduzcan a la red de farmacias en sus estrategias sanitarias y sociosanitarias». Ejemplo de ello podría ser la reconsideración de que los medicamentos de dispensación hospitalaria vuelvan a la farmacia comunitaria, dado que «obligar a los pacientes a recoger estos medicamentos de los hospitales y hacerles ir a la farmacia a por el resto de sus tratamientos es un retroceso en la prestación farmacéutica», apunó Aguilar.
Por su parte, Luis González, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, consideró que las farmacias son el apoyo para las nuevas necesidades del sistema sanitario, que tiene que dedicar «cada vez más recursos, más información, más atención a los pacientes crónicos que visitan nuestros establecimientos sanitarios por accesibilidad y ahorro de costes».
Finalmente, la directora de Infarma Barcelona 2017, Francisca Aranzana, recordó que el congreso tiene una vocación de fomentar «el debate e intercambio de puntos de vista y conocimientos que sirva para consolidar la tarea asistencial que se lleva a cabo desde las farmacias día a día y para continuar creciendo en este campo».
Si la farmacia comunitaria tuvo el protagonismo en los parlamentos del acto inaugural, algo similar ocurrió en la conferencia que abrió Infarma 2017. Antoni Trilla, director de Calidad y Seguridad Asistencial del Hospital Clínic de Barcelona, defendió en ella que en situaciones de emergencias sanitarias, la oficina de farmacia, por su cercanía y accesibilidad con el ciudadano, puede jugar un papel fundamental para informar a la población.
«La oficina de farmacia –dijo Trilla– es un punto de mucha proximidad para unos ciudadanos que confían en unos profesionales que perciben como muy cercanos. Por este motivo, es muy importante que tome conciencia de su papel relevante en temas de salud pública». Los farmacéuticos, añadió, «pueden y deben tener información fidedigna y contrastada, que permita controlar algunos rumores relacionados con estas crisis y que puedan ofrecer consejos de valor a los ciudadanos».
Trilla calificó de «esencial» la intervención del farmacéutico para aconsejar a los ciudadanos en el marco de colaboración dentro de los programas de salud pública. Esta inclusión, puntualizó, «contribuirá a formar entre todos al equipo de profesionales sanitarios que atienden al ciudadano».
Durante su conferencia, Trilla explicó el problema que representan las enfermedades emergentes en el mundo actual, marcado por la alta movilidad de personas a lo largo del mundo y el desconocimiento que plantean muchos de estos virus. «A la hora de valorar el riesgo de infección, los epidemiólogos consideramos que el tiempo de vuelo y la distancia son los factores fundamentales. Hoy en día, cualquier microorganismo que esté en una parte del mundo puede estar en menos de 48 horas en la otra parte del planeta», destacó.