Tras dos años de encuentros telemáticos debido a la pandemia de COVID-19, la Asociación Europea de la Industria del Autocuidado (AESGP) ha vuelto a poder celebrar presencialmente su encuentro anual, una cita que cada año reúne a varios centenares de representantes y expertos de la industria farmacéutica, la farmacia, las agencias de evaluación de medicamentos y autoridades europeas y nacionales para ponerse al día sobre los retos y oportunidades del sector del autocuidado de la salud.
El lugar elegido para inaugurar el 58º Encuentro Anual de la AESGP fue el Palacio de Linares de Madrid, donde la presidenta de la asociación, Birgit Schuhbauer, destacó que el sector del autocuidado “puede mirar al futuro con optimismo moderado” tras la gran labor realizada durante los últimos meses. “La pandemia ha supuesto una disrupción enorme en nuestras vidas, pero también ha servido de catalizador para algunos cambios positivos”, añadió Schuhbauer.
Así, la presidenta de la AESGP subrayó la transición hacia un modelo mucho más digitalizado como uno de los efectos positivos de la pandemia de COVID-19. “Nos enfrentamos a un futuro en el que cada vez más consultas de los ciudadanos sobre su salud se harán de forma telemática y donde las empresas del sector ofrecerán más servicios digitales vinculados a sus productos de autocuidado para empoderar aún más a los pacientes”.
El escenario pospandemia, influido por tendencias como el auge del e-commerce, el interés de los consumidores por la sostenibilidad, la digitalización y los retos en la cadena de suministro, requiere de un marco regulatorio mejorado para los medicamentos y productos de autocuidado de la salud.
En su intervención la presidenta de la AESGP ha recordado el gran impacto económico que tiene el autocuidado en Europa, donde cada año se consigue un ahorro de 34.000 millones de euros en el gasto sanitario gracias al uso de estos productos. “Este ahorro podría incrementarse en otros 17.000 millones más anuales si tuviésemos el marco regulatorio adecuado implementado en todos los países de la UE”, ha subrayado.
En este sentido, Schuhbauer ha reclamado una revisión de la regulación de los cambios de estatus desde medicamento de prescripción a medicamento sin receta, que agilice y facilite los procedimientos y permita a la industria farmacéutica aportar más innovación al sector del autocuidado.
La necesidad de una revisión del marco regulatorio es compartida también por los representantes de las agencias de evaluación de medicamentos. Así lo ha expresado César Hernández, jefe del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la AEMPS. “Tenemos que hacer la transición hacia una nueva normalidad y probablemente necesitaremos un nuevo perfil de regulador”, ha afirmado.
Hernández ha recordado que Europa ha abierto un gran proceso de revisión de su legislación farmacéutica y España va a tener un papel destacado en ese proceso, ya que en el segundo semestre de 2023 asumirá la presidencia del Consejo de la UE. “Tenemos una legislación que debemos revisar para facilitar a los ciudadanos un mayor control de su propia salud”, ha añadido.
La visión de Europa
Dolors Montserrat, exministra de Sanidad y europarlamentaria por el Partido Popular Europeo, ha afirmado que los productos de autocuidado son fundamentales para cumplir los objetivos de la Estrategia Farmacéutica Europea: garantizar el acceso a medicamentos eficaces, innovadores y asequibles; impulsar la competitividad, la innovación y la sostenibilidad de la industria farmacéutica europea; garantizar la sostenibilidad y resiliencia de los sistemas sanitarios y, finalmente, “hacer de Europa un líder global en salud con los mayores estándares de calidad, seguridad, eficacia y respeto al medio ambiente”.
Un mercado de autocuidado con buena salud
El mercado global de autocuidado ha conseguido recuperarse por completo del impacto de la pandemia de COVID-19, según Amit Shukla, vicepresidente mundial de Servicios de Consultoría de IQVIA Consumer Health. Shukla ha explicado que el mercado global de productos de autocuidado crecerá a un ritmo cercano al 6% en los próximos tres años. “En el caso de Europa, lo hará a un ritmo ligeramente superior al 4%”, ha precisado.