Carmen Peña sumó este verano dos récords notables: es la primera mujer que accede a la presidencia de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP) y el primer farmacéutico español que representa a los farmacéuticos de todo el mundo. Dos récords que le llegan en una época convulsa en la que a la crisis económica se añade un cambio social drástico, como consecuencia del fuerte impulso de las nuevas tecnologías.

Primera mujer y primer farmacéutico español elegido como presidente en 102 años de historia de la FIP. ¿Es una presión añadida?
Es un gran honor y una gran responsabilidad defender y representar a tres millones de compañeros (farmacéuticos asistenciales y científicos) de 132 delegaciones de todo el mundo a través de la FIP. A lo largo de sus 102 años de historia la Federación ha tenido presidentes de diferentes países y culturas, y para los próximos cuatro años ha decidido que sea una farmacéutica española quien lidere la institución.

¿Por qué cree que ha sido así?
Creo que han sido un conjunto de razones. Entre ellas, una trayectoria nacional e internacional, con más de 20 años de trabajo en ambos casos, y también creo que se ha reconocido un liderazgo responsable en la Organización Farmacéutica Colegial durante la crisis. En este escenario de dificultades los farmacéuticos han permanecido siempre al lado del paciente, garantizando el acceso al medicamento.

Tal vez aún es pronto, pero ¿es posible establecer ya alguna prioridad en su actuación?
Un desafío común en todo el planeta es la transformación de los sistemas sanitarios para responder a la transformación de los pacientes y sus nuevas necesidades. Ésta es una prioridad de la farmacia, tanto asistencial como científica: trabajar para ofrecer eficacia a los pacientes y eficiencia a los sistemas. La farmacia científica investigando y desarrollando nuevos medicamentos, y la farmacia práctica, asistencial, promoviendo el acceso y el uso seguro y responsable de los medicamentos.

Y a largo plazo, ¿el documento Visión 2020 es la guía a seguir?
El documento Visión 2020 recoge los objetivos y la misión que nos legaron nuestros predecesores para la farmacia. Sobre este documento debemos avanzar, evolucionar, respondiendo también con nuevos proyectos de futuro para el desarrollo de la profesión farmacéutica siempre en beneficio del paciente. Además, habrá que hacer frente a la aparición de nuevos desafíos que se presenten en el ámbito sanitario para promover y ofrecer todo el potencial de nuestra profesión; desafíos que incluyen la salud pública y las nuevas amenazas en un mundo cada vez más globalizado, como sucede ahora con el virus del ébola.

«Promover y defender los intereses de la profesión y el desarrollo profesional, tanto a nivel individual como colectivo»: éste fue el compromiso que adquirió tras su nombramiento. ¿Puede concretar un poco más?
Se puede resumir en dos acciones a dos niveles. En primer lugar, la promoción y defensa de los intereses de la profesión a nivel individual consiste en lograr que el farmacéutico emplee libremente sus conocimientos para responder a las nuevas necesidades sanitarias de los pacientes y de los sistemas. Esta primera acción, en un segundo nivel colectivo, conlleva que allí donde se tomen decisiones que afecten a la salud, y dentro de ésta, a la farmacia, la profesión farmacéutica esté representada y tenga voz y voto.
La segunda acción, el desarrollo profesional, en el primer nivel, individual, implica la actualización permanente de los conocimientos del farmacéutico para liderar una farmacia cada día más compleja que responda a las nuevas necesidades sanitarias. Esta segunda acción, en un segundo nivel colectivo, supone consolidar una plataforma fuerte que ofrezca soluciones y estrategias para afrontar las nuevas necesidades de la sociedad.

¿Hasta qué punto puede influir la FIP en las políticas farmacéuticas de cada país?
En un mundo cada vez más globalizado, la Federación tiene un papel fundamental junto con los organismos internacionales con los que trabaja estrechamente (la UNESCO y la OMS, entre otros) para definir y desarrollar estrategias globales que respondan a los retos de la salud actuales. Estas estrategias persiguen el avance de la práctica y la ciencia farmacéutica en todos los niveles, tanto locales como en las diferentes regiones del mundo, en beneficio del paciente.

La farmacia ha de ser sostenible, y esto pasa por la remuneración. ¿Qué visión se tiene en la FIP de este tema?
La FIP, desde el respeto a la diversidad de sistemas de sanidad y, dentro de éstos, de los de farmacia, está trabajando también en este tema. En estos momentos se está recogiendo información para tratar de dibujar un mapa de situación. En cualquier caso no se pueden sacar conclusiones comunes ni únicas, porque cada nación dispone de un funcionamiento distinto, existiendo múltiples mecanismos de remuneración y pagadores a la medida de cada uno de los sistemas existentes en los diversos países.

¿Defender los intereses del farmacéutico es siempre compatible con defender los intereses del paciente?
La FIP, en su documento Visión 2020, recoge que la misión de la Federación es «mejorar la salud global mediante el avance de la práctica y la ciencia farmacéuticas, para hacer posible un mejor descubrimiento, desarrollo, acceso y uso seguro de unos medicamentos adecuados, coste-efectivos y de calidad en todo el mundo».
Los intereses de los farmacéuticos son los intereses de los pacientes, porque cuando trabajamos por el desarrollo profesional de los farmacéuticos estamos trabajando por mejorar la asistencia que reciben los ciudadanos.

¿Su elección puede contribuir a dar más voz a los países latinos miembros de la FIP?
Mantengo desde hace años una estrecha relación con los países latinoamericanos a través de sus asociaciones farmacéuticas y he tenido la oportunidad de trabajar con ellos en diferentes proyectos. Hay que destacar la gran labor que desarrollan, muchas veces con escasos medios, y el esfuerzo que están realizando para mejorar el acceso del medicamento a los pacientes en condiciones de calidad y seguridad, así como su uso responsable. Además de compartir profesión, compartimos idioma y valores, y eso creo que nos ayuda a avanzar conjuntamente en los desafíos comunes de la profesión.

Destacados

Lo más leído