«La receta para salir de la crisis es profesionalidad, profesionalidad y más profesionalidad»

Empecemos por la pura actualidad. ¿Qué valoración hace de la primera comparecencia de la ministra en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso? Sinceramente, esperaba una intervención con líneas de actuación más concretas. Pasó de puntillas por varios asuntos, como así ocurrió en el caso de la política farmacéutica.

 

De los pocos anuncios concretos, un nuevo intento de Pacto por la Sanidad. ¿Qué no se debería repetir de las experiencias anteriores?

Ojalá haya un Pacto por la Sanidad porque se necesita más que nunca. Yo creo que la situación nunca ha sido tan grave como ahora. Un Pacto por la Sanidad significa que todo el mundo se implique y de ello depende su desarrollo. Significa saber cuánto dinero se tiene que gastar en Sanidad, presupuestarlo adecuadamente y cumplirlo. Hasta ahora, lo único que se está haciendo es poner un parche detrás de otro y ya estamos viendo el resultado.

¿Puede ser una nueva oportunidad para que la farmacia tenga el protagonismo que le corresponde en el Pacto?

Por el momento, e incluso en esa primera comparecencia ante la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso, Ana Mato no ha aclarado gran cosa respecto a cuál va a ser el camino a seguir en política farmacéutica. Pero no debemos olvidar que la farmacia ya está sumamente implicada en la Sanidad y como tal necesita una solución global a su actual situación. Habitualmente se nos llena la boca presumiendo que tenemos el mejor sistema sanitario del mundo, o cuando menos uno de los mejores, pero lo que sí debemos tener claro es que, desde luego, si no lo dotamos de los recursos necesarios va a durar más bien poco.

En esta línea, Mato anunció el desarrollo de una Cartera de Servicios Básicos Sanitarios. ¿En ella tiene que haber «sí o sí» servicios farmacéuticos?

Naturalmente, pero como en su comparecencia en la Comisión de Sanidad del Congreso no avanzó nada concreto, conviene ser consecuentes y esperar a conocer sus propuestas para la farmacia. Pero no vislumbro una cartera de servicios sin servicios farmacéuticos.

En INFARMA 2012 es inevitable hablar de crisis. En algunas comunidades las farmacias se enfrentan al impago de las Administraciones (ya provocando cierres o concursos de acreedores), hay establecimientos en situación de 'viabilidad económica comprometida' (VEC)... ¿Estamos tocando fondo?

Todos los que tenemos una responsabilidad sobre las farmacias y sus profesionales estamos muy preocupados. No solamente como farmacéuticos, sino como españoles e incluso como europeos, porque creemos que es imprescindible poner orden cuanto antes en España y en las comunidades autónomas. El primer paso es poner orden y sensatez en las cuentas autonómicas. En el momento en el que se consiga esto, estoy seguro que se estabilizarán los pagos a las oficinas de farmacias y al resto de proveedores sanitarios.

Como presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, ¿cuál es el tema que más le preocupa en estos momentos?

Como no podía ser de otra manera, todo lo anterior me produce gran preocupación. Pero dentro de este problema global de falta de liquidez, me preocupa más si cabe las farmacias que ya estaban en situación de 'viabilidad económica comprometida'. Y sobre este punto cabe recordar que no hablamos de un tipo concreto de farmacia, ya que no solo encontramos ejemplos de ello en el ámbito rural, sino también en el urbano. Hay farmacias que lo están pasando muy mal. Ese es el mensaje que se debe dar a conocer y en el que se exigen soluciones inmediatas.

El problema es la inestabilidad que acarrean las medidas, recortes e impagos, ¿no?

Efectivamente. Por ejemplo, el próximo mayo, cuando entren en vigor los nuevos precios de referencia asistiremos a una nueva bajada de precios de los medicamentos. Esto supondrá una vuelta de tuerca más para las oficinas de farmacia, y en estos momentos es lo más preocupante. Estoy seguro que los impagos dejarán de producirse en el momento en que se pongan en orden las cuentas en España. Pero, más allá de los impagos o retrasos, dichas farmacias tienen un problema permanente de viabilidad. Lo están pasando muy mal. Tienen un futuro muy complicado, al margen de que cobren puntualmente, lo que obliga a que sea nuestra mayor preocupación a día de hoy.

En el pago al día a las farmacias, en Madrid se están haciendo bien «los deberes», ¿no?

La verdad es que sí, pero no son méritos atribuibles en exclusiva a alguna de las partes. Aparte de la obligación que tiene el Colegio de trabajar para que las cosas vayan bien y se cumplan los derechos y obligaciones de cada parte, tenemos la suerte de contar con una Consejería de Sanidad y una Consejería de Hacienda que han dado muestras de su sensibilidad al problema de las oficinas de farmacia.

Escuchar a la propia presidenta regional que pagar a las farmacias «es prioritario» tranquiliza aún más, ¿no?

Efectivamente, también tenemos la suerte de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha hecho buena labor en el campo presupuestario y hay dinero suficiente para pagar a las farmacias.

Hablemos de lo que puede hacer el propio farmacéutico por su futuro. Dicho de otra manera, ¿está algo en su mano para sortear la crisis?

La única receta que repito siempre que tenemos oportunidad de ello es la profesionalidad. Yo comprendo que, a día de hoy, en la situación de crisis que estamos y con la rentabilidad disminuyendo, es muy difícil que los compañeros farmacéuticos vean en la profesionalidad la llave maestra, pero no tengo ninguna duda que esta cualidad es el futuro. Ha sido el pasado, es el presente y dará vida al futuro. La profesionalidad es lo único que realmente nos diferencia de los demás. Por tanto, si perdemos ese diferencial, la profesión en su conjunto está perdida. Así que, la receta pasa por: profesionalidad, profesionalidad y más profesionalidad.

Pero quizás ese farmacéutico en viabilidad comprometida deba centrarse en reflotar la parte económica de su establecimiento, ¿no?

Por supuesto no podemos dejar de lado la vertiente económica porque la farmacia no deja de ser una pequeña empresa. Pero si efectivamente queremos que todo vaya bien en el futuro, hay que desarrollar los servicios profesionales que cada vez nos demanda en mayor cifra la sociedad. Los servicios fidelizan y desde las instituciones debemos trabajar en hacerlos rentables.

Usted es ponente en la sesión de INFARMA 2012 dedicada a este tema, titulada «Cartera de Servicios Públicos y Catálogo de Servicios Privados». Mientras llegue una cartera de servicios farmacéuticos remunerados a nivel nacional, en Madrid se trabaja en un modelo a mitad de camino entre el «todo» y la «nada»: el catálogo de Servicios. ¿En qué punto nos encontramos?

En estos momentos estamos presentando el «catálogo de Servicios» a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid para su evaluación. Nosotros consideramos que lo ideal sería que la sanidad pública pagara esa cartera de servicios farmacéuticos, pero entendemos que en estos momentos la situación es complicada. Por ello, lo que hemos propuesto a nuestros responsables es que esa misma cartera de servicios, incluso ampliada, sea pagada por aquel ciudadano que lo reclame. Ahora mismo está en fase de evaluación y posteriormente veremos los resultados y pasos a seguir.

Una de las consecuencias de esta crisis en la farmacia puede ser el desabastecimiento de medicamentos. ¿Hablamos de posible situación futura, inminente o ya es una realidad en algunos casos?

No conozco de cerca esta situación porque, afortunadamente, en Madrid no existe. Pero yo creo que los farmacéuticos se están comportando, teniendo en cuenta los problemas derivados de la situación actual, de una manera admirable e intentando por todos los medios que no se den este tipo de situaciones que tendrían en el paciente al principal perjudicado. Yo no tengo conocimiento de que haya habido desabastecimiento de medicamentos en ningún punto de la red de oficinas de farmacia. Otra cosa es que haya un cierto retraso porque quizá ahora no se pueda manejar en las farmacias stocks amplios y no tengan en un momento puntual en sus estanterías el medicamento solicitado por el paciente. Pero lo que yo sé es que estos problemas puntuales, si ocurren, son solucionados en el mismo día.

La distribución farmacéutica tampoco es ajena a esta delicada situación económica. En este asunto de los abastecimientos, ¿está siendo un aliado de las farmacias?

A mí lo que me llega es que, muchas veces, gracias a la distribución, esas farmacias a las que no están pagando las recetas están teniendo suficiente músculo financiero para resistir. En muchos sitios de España las farmacias están abiertas gracias a la acción y sensibilidad de los distribuidores.

¿Quizá sea INFARMA 2012 un buen lugar para reforzar aún más las relaciones entre los distintos agentes de la cadena del medicamento y buscar estrategias conjuntas para la actual coyuntura?

Por supuesto. INFARMA es históricamente un punto de encuentro para todos los profesionales que normalmente no tienen esa oportunidad a lo largo del año.

Llama la atención que, en las circunstancias actuales, y como principales acuciados por la crisis, la farmacia rural no tenga mayor protagonismo en este INFARMA 2012. ¿Es así o es una impresión equivocada?

Es cierto que no hay ningún apartado concreto sobre la farmacia rural pero, por supuesto, está presente en todas las ponencias. No de una manera específica, pero sí globalmente, porque forman parte del grupo de farmacias denominadas VEC, que, insisto, es lo que conforma actualmente nuestra mayor preocupación, como así se denota en el programa científico.

Las jornadas COFMANEFP han de­saparecido y su lugar lo ha ocupado INFARMA. ¿Por qué este cambio? ¿Qué ha aportado el Colegio de Barcelona en esta edición y cómo se han coordinado entre ambos órganos colegiales?

Creo que nosotros –y no solo me refiero al Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid y sus profesionales, sino a todos los farmacéuticos de España– estamos de enhorabuena al haber conseguido que ambos Colegios profesionales se hayan unido para dar vida de nuevo a INFARMA y para más proyectos que se desarrollarán próximamente.

¿La unión hace la fuerza?

En mi opinión sí, y creo que en INFARMA 2012 va a quedar demostrado. Desde que hemos iniciado este camino de colaboración con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona puedo asegurar que todo han sido satisfacciones. Hemos mejorado todos, o, por lo menos, y hablando desde la perspectiva de Madrid, hemos mejorado muchísimo en todo lo que hacemos con ellos.

¿Debemos entender INFARMA como el sustituto 'natural' de las Jornadas?

Las jornadas COFMANEFP tuvieron su momento. Son la historia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. Por supuesto, estamos muy orgullosos de haberlas celebrado todos estos años, pero creo que es un salto cuantitativo y cualitativo de calidad el habernos unido con Barcelona y poder presentar unas solas jornadas: un solo INFARMA. Un solo congreso todos los años, un año en Barcelona y otro en Madrid.

¿Cree que INFARMA 2012 ofrecerá a los farmacéuticos herramientas para afrontar la crisis económica?

Lo vamos a intentar. Yo creo que si hay que ir alguna vez a INFARMA este es el año y, posible y desgraciadamente, el que viene (INFARMA 2013). Ahora más que nunca, en estos momentos tan complicados es cuando el farmacéutico, que no deja de estar muchas veces aislado en su propia farmacia, necesita reunirse con otra serie de profesionales, ya que le puede servir en gran medida para saber dónde está y cuál puede ser un futuro previsible.

 

Vea el vídeo de la entrevista en:

http://www.elfarmaceutico.es/cronicas/infarma-2012.html