«Estudié farmacia en la Universidad de Barcelona (UB) a pesar de que quería estudiar Medicina, pero para eso no me llegaba la nota en Barcelona o la Autónoma de Barcelona y si quería hacer Medicina tenía que salir de mi ciudad y en esos momentos no lo veía factible. Nunca me he arrepentido de aquella decisión, por un lado conocí ahí a mi mujer, y por otro es una carrera que amalgama de manera perfecta ciencias de la salud con ciencias más técnicas como física y química».
¿Por qué te decidiste a especializarte como monitor de Ensayos Clínicos?
Al terminar la carrera, habiendo trabajado en farmacias y haciendo prácticas en el departamento de Farmacocinética de la Universidad, decidí irme a Alemania con una beca de cuatro meses, uno para aprender alemán y tres para hacer prácticas en una empresa local. Alargué esas prácticas unos meses más, pero vi el momento de volver a casa y regresé; además, la investigación básica, aunque muy interesante, no estaba hecha para mí.
Una vez aquí, y viendo el ejemplo de otros compañeros de carrera, hice en el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona un curso de Monitorización de Ensayos Clínicos en el que tenías la opción de hacer prácticas en empresa. En mi caso estuve seis meses en Almirall, y así se me abrió la puerta a lo que es hoy mi trabajo, el desarrollo farmacéutico.
En formación continua…
Después de unos años, dos empresas más y un máster en Estadística e Investigación operativa en la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC), con mi mujer decidimos dar el paso de irnos a Basilea (Suiza), donde tienen sede dos de las empresas farmacéuticas más importantes a nivel mundial, Novartis y Roche.
Era el momento de marchar a la aventura…
Llevo en Novartis cuatro años y medio, y no hay día en el que no me alegre de haber tomado la decisión de irnos. Novartis es una empresa global, internacional, que atrae talento de todo el mundo, por lo que lo normal en el campus es encontrarse con personas de cualquier país del mundo, con culturas diferentes, de las que no dejas de aprender. Para mí eso vale más que el mal tiempo comparado con España. Aunque en Novartis es frecuente oír que la gente que está en Basel lo está por su buen tiempo, no he encontrado nunca ningún español que comparta eso, básicamente nadie de la mitad sur de Europa.
¿Qué recomendarías a los estudiantes que acaban de finalizar la carrera?
A los que terminan les recomiendo que no se cierren ninguna puerta. Creo que ahora hay más cultura de salir al extranjero, de hacer prácticas en otros países, y esto es lo que más nos abre la mente y enriquece, y a la vez lo que más te hace valorar lo que tenías, y muchas veces lo que antes eran dificultades ahora se ven como cosas sencillas. Nadie suele regalar nada, hay que luchar por lo que uno quiere. Como dijo Steve Jobs en su discurso de graduación en Standford: «Stay hungry, stay foolish» (Permanezcan hambrientos, permanezcan ingenuos).
¿Qué cursos recomiendas?
Como he dicho, yo hice el curso de Monitorización de Ensayos Clínicos del Colegio de Barcelona, pero lo ofertan varias escuelas y universidades: CESIF, UNIR…
¿Qué libros recomendarías para inspirarse?
Uno imprescindible para los que somos de Barcelona, La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza. Uno de ciencia ficción, El juego de Ender, de Orson Scott Card. Y uno que leí recientemente sobre marketing: The Power of Habit, de Charles Duhigg.
¿Qué oportunidades laborales hay para esta especialización?
Oportunidades como monitor de ensayos hay muchísimas. Al principio hay que viajar un poco por los hospitales, pero a medida que vas creciendo viajas menos y puedes especializarte en temas más regulatorios (regulatory affairs) o de calidad (dentro de las good clinical practices).