Entrevistamos a Joaquín Braun Vives, Farmacéutico comunitario en la Farmacia Poblenou (Barcelona).
– ¿Por qué decidió estudiar Farmacia?
– Como respuesta a esta pregunta me tomo la licencia de explicar los motivos que me llevarían a estudiar de nuevo Farmacia. En primer lugar, porque tuve la inmensa fortuna de encontrarme con Rosa María, la mirífica persona con quien tengo la suerte de compartir la vida en los ámbitos personal y profesional. Más allá de este argumento, en los años de formación universitaria confirmé mis preliminares inquietudes viviendo intensamente la vida estudiantil y granjeando amistades que hoy constituyen mi valiosísimo tesoro de vida. De hecho, aún ahora, cuando atravieso el pórtico de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona, evoco los espléndidos años de juventud.
– ¿Ha sido como se lo esperaba? Con la experiencia acumulada, ¿retomaría el mismo camino?
– Tengo la fortuna de no conocer a ninguna compañera o compañero que abomine de su condición de persona egresada de la Facultad de Farmacia. El ejercicio de la profesión, en mi caso desde la farmacia comunitaria y desde la docencia, es inmensamente gratificante. Dejando transcurrir el tiempo, la vocación se consolida y tomas conciencia de la grandeza del servicio farmacéutico en tanto que te permite atender a las personas en algo tan relevante como es el ámbito esencial de su salud. En algo más de treinta años de plena dedicación a la farmacia también llamada ambulatoria, percibo que el colectivo farmacéutico desempeña, como también se ha refrendado en este tiempo de pandemia, un cometido irremplazable, ya sea por su formación como por su cercanía a la población brindando un trato humano excepcional.
– ¿Cuáles son las principales fortalezas y debilidades de la farmacia comunitaria?
– Los puntos fuertes de la farmacia se sustentan, principalmente, en la cualificación técnica y en la calidad humana de todos aquellos que, día a día, ofrecemos a los ciudadanos un servicio altamente especializado que garantiza el acceso equitativo a los medicamentos y a los servicios profesionales farmacéuticos asistenciales, y que fomenta el autocuidado de la salud. En este sentido, merece ser remarcada, como fortaleza del sector, la accesibilidad a los productos que garantiza la distribución farmacéutica, que ha efectuado un enorme esfuerzo de tecnificación para cumplir con la trazabilidad exigible. La digitalización del servicio farmacéutico y la proximidad al público también son puntos que robustecen los fundamentos de la farmacia comunitaria. Asimismo, debe mencionarse la fornida estructura que nos ampara, formada por los colegios profesionales (con el Consejo General al frente), por las sociedades científicas, por la universidad y por las acreditadas publicaciones profesionales, como El Farmacéutico, que llega ahora al sexcentésimo número publicado: ¡Felicidades!
En cuanto a las debilidades de nuestro sector, estas pasan por la infrautilización de nuestro potencial por parte del sistema sanitario en el establecimiento de una práctica colaborativa con los otros profesionales sanitarios; una práctica que debe situar en el centro al paciente como destinatario de las más excelsas prácticas expertas de cada colectivo.
– ¿Cree que la farmacia actual es reconocida con claridad como un agente sanitario en el proceso asistencial del paciente?
– La farmacia, por su altísima especialización, su elevado grado de digitalización y por la impecable calidad asistencial que la identifica, permite ofrecer a la población la aproximación a los medicamentos y a los servicios profesionales farmacéuticos asistenciales, garantizando la calidad, la equidad y la cohesión en todo el territorio. La evidencia palmaria de la eficiencia del servicio farmacéutico conlleva que la sociedad y las autoridades sanitarias asuman, por su relevancia, su integración incontestable en el Sistema Nacional de Salud.
– ¿Cómo ve el futuro de la farmacia comunitaria española?
– ¡Apasionante! Los retos de futuro y las oportunidades actuales son sugerentemente ilusionantes. El incremento de la esperanza de vida, la mayor prevalencia de las enfermedades no transmisibles o crónicas, la consecuente existencia de pacientes polimedicados y el autocuidado de la salud asociado a un mayor nivel cultural de la población nos ofrecen un tiempo profesional venidero muy tentador.
– ¿Alguna recomendación para futuros estudiantes de Farmacia?
– Desde el Departamento de Farmacia Clínica y Atención Farmacéutica de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona, dirigido por las profesoras Fernández, Modamio y por el profesor Mariño, mantengo un contacto estrecho con los alumnos. Los estudiantes que hoy en día están cursando sus estudios en las distintas facultades de Farmacia españolas constituyen una cantera profesional magnífica por su sólida formación, por los principios éticos que se albergan en su conducta y por el compromiso que mantienen con la sociedad de nuestro tiempo. ¡Estudiar Farmacia es, ahora más que nunca, una profesión con un futuro espléndido!