Entrevistamos a Inma Riu Torrens, farmacéutica comunitaria y fundadora de Farmaschool y Saludability.
– ¿Por qué cree que Farmacia es una carrera interesante?
– Si hace unos años me hubieran dicho que la carrera de Farmacia tenía tantas posibilidades, no lo hubiera creído. La mayoría de las personas piensan en la oficina de farmacia cuando piensan en Farmacia, y dejan de lado la investigación (nunca fue mi fuerte) y las salidas más técnicas, como la Agencia Europea del Medicamento, los farmacéuticos del Estado, los farmacéuticos de aduanas, y un larguísimo etcétera de salidas ligadas a la farmacovigilancia, el marketing, la producción, la dirección técnica, etcétera. Durante varios años tuve la suerte de escribir una sección de salidas profesionales en la revista online El Farmacéutico Joven, y me di cuenta de todo lo que había ahí fuera sin yo saberlo.
Después de haber vivido en el extranjero y de haber hecho diferentes másteres, he podido ver las infinitas posibilidades que ofrece el título de farmacéutico, lógicamente bien complementado con tesis doctorales o no, con másteres (unas universidades mejores que otras marcaban la diferencia, eso también) y con un buen mentor.
El primer puesto de trabajo es esencial. En él te das cuenta de la realidad laboral. Eres consciente de la importancia del trabajo en equipo (o no), de la constancia, de la tenacidad, y descubres todo lo que tienes que aprender todavía. Y os lo dice alguien que, 20 años después de haber acabado la carrera, se sigue formando.
– ¿Cuándo se planteó realmente la farmacia como profesión?
– Empezó a despertar en mi la pasión de la profesión al salir al extranjero y ver las posibilidades que ofrecía el mercado anglosajón. Vi mucha más profesionalización de los servicios, los registros, los grupos de trabajo, los organigramas. Vi las posibilidades de hacer una mejor farmacia a través del conocimiento y la gestión. Os engañaría si os dijera que estudié farmacia por esa llama vocacional, no la tuve, pero con el tiempo sí que le he cogido el gusto.
Ahora la farmacia asiste a una sociedad que está hiperactiva, informada, que «lo sabe todo», pero que en el fondo necesita más directrices que nunca. Esta información a veces no se asimila como debería, y eso se traduce en peores resultados.
– ¿Cómo te imaginas la farmacia del futuro?
– ¿Existirá el farmacéutico en el futuro? Muchas veces me lo planteo. ¿Seremos como los países anglosajones? ¿La farmacia online servirá la medicación en casa y la farmacia morirá? No se trata de temas filosóficos, sino más bien económicos. Lo que me queda claro es que, viendo a otros países y a otros compañeros de profesión, es fundamental trabajar el concepto de farmacia como colectivo: necesitamos trabajar más el concepto de profesionales sanitarios, la marca personal. Y sobre todo, tener presencia online de alto nivel, con contenido de valor que interese al consumidor en las áreas que más demanda.