Eduardo Pastor: «Farmacia y distribución, dos pulmones que trabajan conjuntamente para prestar un servicio esencial»

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Eduardo Pastor Fernández se licenció en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid (1992) y es titular de una oficina de farmacia en Madrid. Asumió la presidencia de Cofares en 2018, tras ejercer durante 9 meses como vicepresidente. Anteriormente había ocupado los puestos de tesorero durante 4 años (2013-2017) y vicetesorero durante 8 (2005-2013). El pasado mes de junio, la Asamblea General de Cofares le reeligió como presidente de la cooperativa farmacéutica con el 91,5% de los apoyos. La misma Asamblea ratificó su plan de gestión y transformación estratégica para los próximos años, y aprobó las cuentas anuales del pasado ejercicio. Eduardo Pastor es un firme defensor de la distribución farmacéutica, que considera esencial para que la propia actividad farmacéutica pueda existir. En esta entrevista lo explica con detalle.
Eduardo Pastor. Fotos: Cofares

 

– ¿Cree que la distribución farmacéutica en España puede ser un objetivo apetecible para los que tienen intereses en cambiar el modelo?

– La distribución farmacéutica es verdaderamente eficaz. Cofares trabaja con absoluta precisión para garantizar la media de 2,5 entregas diarias a la farmacia con el cumplimiento estricto del sistema de calidad internacional para centros especializados en el medicamento. Puede ser un objetivo apetecible para otros operadores, pero es complicado replicarlo con el mismo grado de éxito y capilaridad. Todas nuestras rutas son rentables en términos sociales; pienso, por ejemplo, en la España vaciada y, sin llegar a este extremo, en las zonas rurales despobladas o de difícil acceso. ¿Están estos nuevos actores movidos por la misma preocupación? ¿Qué valor añadido aportan frente a eventuales escenarios de desabastecimiento? Un caso reciente ha sido la borrasca Filomena, por citar un ejemplo más allá del contexto de la pandemia causada por la COVID-19. El compromiso con el acceso al medicamento requirió de la ayuda de la Unidad de Emergencia Militar y en las primeras horas, cuando aún no había alimentos frescos en las estanterías, sí contábamos con fármacos en manos de los pacientes.

– ¿Cree que el sector de la oficina de farmacia es consciente de esta situación?

– Sí, en general creo que el sector es consciente de que la farmacia es estratégica en el marco del sistema de salud. La farmacia, y con ella su distribución farmacéutica, son dos pulmones que trabajan conjuntamente para prestar un servicio esencial, como es la custodia, entrega y dispensación de los productos de salud.

La distribución farmacéutica puede ser un objetivo apetecible para otros operadores, pero es complicado replicarlo con el mismo grado de éxito y capilaridad

– ¿Cuál es su diagnóstico de la solvencia empresarial del sector de las oficinas de farmacia?

– La farmacia como establecimiento sanitario tiene que ser sostenible, un principio que se aplica a todos los sectores productivos. Uno de los retos que tenemos por delante es la viabilidad de la farmacia rural y, a raíz de la COVID-19, la de las farmacias en zonas económicamente deprimidas.

Desde el punto de vista de la distribución, esencial para que la propia actividad farmacéutica pueda existir, esa brecha está salvada, en tanto que en Cofares equilibramos las rutas rentables con aquellas que no lo son. Uno de los puntos fuertes del modelo farmacéutico se asienta sobre esta realidad fundamental. ¿Por qué fundamental? Porque la farmacia rural es la espina dorsal del modelo español de farmacia, el paraguas sanitario para, al menos, 8 millones de personas. La labor de la farmacia como primerísimo centro de atención primaria cobra en estas áreas todo su sentido. La estabilidad del sector pasa necesariamente por la fortaleza de la farmacia rural.

– ¿Cree que son deseables cambios para favorecer un incremento de esa solvencia?

– La farmacia española está constantemente en transformación al servicio de las necesidades sanitarias de la población. Y ese acompañamiento se ha acelerado con la COVID-19, hasta el punto de que 6 de cada 10 consultas por síntomas menores podrían abordarse desde la farmacia, contribuyendo de esta forma a descargar la presión sobre el Sistema Nacional de Salud. El usuario busca versatilidad: poder recibir en su domicilio la medicación, atención farmacéutica personalizada, consejo farmacéutico para solventar inquietudes o resolver dudas que no justifican el desplazamiento al centro de salud...

La vacunación es un ejemplo de ello. Un total de 36 países en todo el mundo facilitan la vacunación frente a la COVID-19 a determinadas cohortes de población a través de las boticas, lo que consigue una mayor ratio de inmunidad; 485 días después del inicio de la pandemia, las oficinas de farmacia están autorizadas para dispensar test de autodiagnóstico COVID-19, lo cual está teniendo, por cierto, una gran acogida entre los ciudadanos porque esta herramienta −por supuesto, además de la vacuna y del resto de las pruebas médicas− contribuye al control de la enfermedad cuando se usa con responsabilidad.

En suma, la sostenibilidad del sector pasa por estar al lado de las personas, por atender sus requerimientos a tiempo y de forma eficaz. Si logramos apuntalar esto, lo habremos logrado todo.

La farmacia rural es la espina dorsal del modelo español de farmacia, el paraguas sanitario para, al menos, 8 millones de personas [...]. La estabilidad del sector pasa necesariamente por la fortaleza de la farmacia rural

– ¿Cree que es necesaria más implicación de las farmacias con la distribución?

– Sin medicinas no hay farmacias. La frase contribuye a darnos cuenta de que el valor de lo concebido como obvio reside precisamente en lo que no se ve. La distribución farmacéutica moviliza toneladas de envases al año, y durante 2020 Cofares ha suministrado más de 31 millones de cubetas, prácticamente 1 por español en edad adulta. La oficina de farmacia carece de sentido, de actividad, sin la labor de la cooperativa. Las oficinas de farmacia no se sostienen sin esta labor imprescindible, que hemos dado siempre por hecho, dado su grado de eficacia.

Eduardo Pastor. Fotos: Cofares

– ¿Cree que las cooperativas deben ir más allá de la eficiencia logística? ¿Qué nuevos roles prevé que tendrán?

– En Cofares, sin duda. Tenemos presencia en todo el territorio, lo que nos permite conocer en tiempo real la demanda de medicamentos y las tendencias de consumo. Fue así, por ejemplo, como pudimos detectar la inusitada demanda de mascarillas durante la pandemia, inicialmente ligada a ciudadanos de origen asiático. Era el preámbulo de la mayor crisis sanitaria del siglo XX.

El valor del dato es una palanca de crecimiento que debemos aprovechar, tanto para colaborar con las Administraciones como para analizar las demandas de los usuarios en función de las provincias, barrios o ciudades donde residan. La inteligencia del dato nos permite tomar decisiones en tiempo real basadas en hechos reales.

Cuadro

– ¿Cree que la distribución debe desempeñar un papel en el «home delivery» y en la venta por internet?

– Respecto a la primera parte de la pregunta, facilitar la llegada de productos de salud en el domicilio constituye un servicio más de la farmacia española, que debe mantenerse dentro del canal para garantizar la seguridad y la calidad de las entregas. Siempre lo digo: los productos de salud no son un producto más de consumo, por lo que es de vital importancia cuidar toda la cadena de distribución, desde su fabricación hasta que se dispensan al paciente en la farmacia o en su domicilio siempre bajo la supervisión de la farmacia, tal como refleja la Ley.

En relación con la venta por internet, desde luego nuestro ordenamiento legal es claro al respecto, en tanto que prohíbe la venta online de medicamentos. La legislación europea protege el medicamento como un bien esencial que hay que cuidar especialmente frente a falsificaciones y usos indebidos. Si hablamos de parafarmacia, es una realidad que las cooperativas disponen de plataformas online a disposición de las boticas para que amplíen y refuercen su conexión con los usuarios habituados a analizar, comparar y adquirir productos y servicios a través de la red. Lo interesante de estos perfiles es que no renuncian a ir a la farmacia físicamente; todo lo contrario. Valoran el consejo farmacéutico cuando se trata de asuntos relacionados con su salud, y es ahí donde reside su valor. Tenemos que atraerlos y retenerlos porque son usuarios omnicanal.

El valor del dato es una palanca de crecimiento que debemos aprovechar, tanto para colaborar con las Administraciones como para analizar las demandas de los usuarios en función de las provincias, barrios o ciudades donde residan