Introducción y antecedentes
El aumento de las enfermedades cardiovasculares ha provocado un incremento en el consumo de medicamentos anticoagulantes. Un anticoagulante es una sustancia que interfiere o inhibe la coagulación de la sangre, creando un estado antitrombótico o prohemorrágico.
La warfarina es el anticoagulante oral (AO) más utilizado en la profilaxis a largo plazo de las complicaciones trombo embólicas que acompañan a diversas enfermedades. Sus indicaciones se han ampliado en los últimos años, a medida que son detectadas nuevas situaciones clínicas que predisponen a sufrir eventos trombóticos.
Los nuevos anticoagulantes orales son inhibidores directos de la trombina y del factor X, los cuales tratarán de suplir a los anticoagulantes tradicionales, que son antagonistas de la vitamina K. Estos fármacos irán dirigidos al tratamiento de la tromboembolia venosa así como a la profilaxis del ictus. Para asegurar su eficacia y seguridad no es necesaria su monitorización. Los nuevos anticoagulantes orales representan una nueva perspectiva hacia el futuro en la cual se optimizará el tratamiento a los pacientes y se observaran ventajas en ellos a largo plazo.
Gómez-Outes A, Terleira-Fernández A, Suárez-Gea M. Vargas-Castrillón E. Dabigatran, rivaroxaban or apixaban versus enoxaparin for thromboprophylaxis after total hip or knee replacement: systematic review, meta-analysis, and indirect treatment comparisons. BMJ. 2012; 344: e3675.
Rivaroxabán se asocia a un menor riesgo de tromboembolismo venoso sintomático que la enoxaparina, si bien aumenta el de hemorragia clínicamente relevante. Con dabigatrán o apixabán el riesgo de tromboembolismo venoso fue similar al observado con enoxaparina; no obstante, el riesgo de hemorragia fue menor con apixabán que con enoxaparina. En general, la mayor eficacia de los nuevos anticoagulantes se asociaba a un aumento de la hemorragia, no difiriendo significativamente entre ellos en cuanto a eficacia o seguridad.