La familia y uno(s) más

La verdad es que me hubiese encantado hoy hablarles de Grecia y de su resistencia asteriaxana (si se me permite este término, que por cierto ya se le había ocurrido alguien antes que a mí) a sucumbir a los poderes del César, pero resulta que ya hemos viajado en anteriores ocasiones al país heleno, paradójico inventor de la democracia, dicho sea de paso.

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La familia y uno(s) más

Y es que aunque el eurotema de moda sea el tira y afloja que sea trae el señor Tsipras, y su ahora archiconocido ministro de finanzas Yanis Varoufakis, (ambos dos conforman la versión moderna, y motera, de Quijote y Sancho, volteados por el molino de la Unión Europea), nosotros vamos a salir de las fronteras de los veintiocho. Porque esta vez quiero adelantarme un poco a los acontecimientos y tenerles advertidos de la que se nos viene encima. Pero no se asusten, en principio, es bueno. Cuando se aprobó el nuevo programa Erasmus, tarde y medio bien les informé de los principales cambios que planteaba respecto al Programa de Aprendizaje Permanente (Lifelong Learning Programme, que estuvo vigente entre 2007 y 2013), con los datos de que disponía entonces. Aunque ahora no tengo todos los que me gustaría, sí puedo avanzarles que este año 2015 será el primero en que el Erasmus salga de casa y luzca palmito por todo el globo. Erasmus deja de ser una beca europea para dar un saltito más.
Tabla 1Lo primero que hay que aclarar es que en este primer año de veraneo (palabra en desuso), no vamos a jugar con todos los demás países. Europa es como una familia de telenovela (ya hemos visto que se pelea por las herencias y los dineros) y ha decidido dividir sus amigos en cuatro categorías (tabla 1). En un primer bloque están los países que van a adherirse próximamente a la Unión Europea, que son algo así como las novias de sus primos, o los novios de sus primas (o los novios de sus primos, que somos una familia actual). Este grupo, los IPA (mote no muy familiar y acrónimo, en inglés, de instrumentos de preadhesión), lo conforman, Albania, Bosnia-Herzegovina, Kósovo, Montenegro y Serbia.
En el segundo están los vecinos. Los vecinos que están pegados (los del cuarto), en su mayoría antiguas repúblicas soviéticas (Bielorrusia, Ucrania, Azerbaiyán), y los del otro lado de la calle, es decir, con los que compartimos mar Mediterráneo, Argelia, Túnez, Egipto, Israel o Palestina. Y por último, el vecino del ático, el que tiene dos plazas de garaje, Rusia. Si están ustedes más o menos al día de la política internacional, verán que este grupo es de los difíciles. Porque aunque nosotros queramos ser amigos de nuestros vecinos, ellos no se llevan tan bien (que si el patio común, que si esto es mío, que si lo otro, que si aquello...). Como somos una familia moderna y decente, pero un poco timorata, no intentamos mediar entre ellos, aunque también es verdad que cuando lo hemos intentado no nos han hecho mucho caso, porque sí, somos muy simpáticos, pero en este barrio, no cortamos el bacalao precisamente. En cualquier caso, añadimos una coletilla en nuestros acuerdos que dice literalmente Territorio de Rusia reconocido por el Derecho Internacional, porque es mejor que se lleven bien, pero si no lo hacen, que lo arregle Sam. Pero dejemos esto, y vayamos a lo que iba, que a este grupo, los conocemos como ENI, Instrumento europeo de vecindad.
Después, quedan dos familias más. La mega rica, que tiene tres yates y un chalé en Baqueira (Canadá, Estados Unidos, Australia, Japón, Nueva Zelanda, Hong Kong, Macao y algún otro sitio donde guardar el dinero), y la que Europa considera menos adinerada (y que al ritmo que vamos nos tratará con esta misma moneda de aquí a nada), América Latina, Sudáfrica y Asia (sudeste y central). A la primera la hemos bautizado como PI (instrumento de asociación) y a la segunda DCI (instrumento de cooperación al desarrollo).
Dicho todo esto, durante el primer año no se firmarán acuerdos con todos los amigos. Que una cosa es hacer más amigos, y otra juntarlos a todos a la vez, y eso es algo muy difícil de coordinar. En 2015 se va a apostar por determinadas áreas de influencia, y solamente se establecerán convenios con ciertos países de cada grupo. Aunque me han llegado cantos de sirena de quiénes van a ser los primeros actores, dejaremos la emoción para el final.
Explicada la diferencia y preferencia entre amigos, conviene aclarar cómo y porqué repartimos nuestro presupuesto (el español en este caso). Hay dos grupos a los que les ponemos menos pegas. Creo que si les doy unos segunditos para pensar adivinarán cuáles son. Y sí, efectivamente, para los ricos, PI, y los IPA, los que son casi de los veintiocho (que serían ya los treintaitrés) no existen restricciones para movilidades entrantes/salientes (sic). El 27,45% del presupuesto de esta convocatoria está pensado para realizar estancias en estos países.
Bromas aparte, la mayor parte del presupuesto está, en realidad, destinada a los otros dos grupos de países. Además, aunque aquí sí existen restricciones, éstas son más para nuestros estudiantes, y no tanto para los que recibimos. Y esto, francamente, aunque disminuye nuestras posibilidades de salir, dota al programa, que es lo que intento defender, de un grado de excelencia.
Tabla 2En el caso de los vecinos, los ENI, conforman en este 2015 prácticamente la mitad de la dotación económica (48,5%). Ésta favorece especialmente a los países del sur Mediterráneo (¡el sur también existe!), seguidos de los países del este y Rusia (tabla 2). Salvo para Rusia, en el resto de los casos, al menos el 90% deberá ser invertido en estudiantes (o profesores) entrantes, y solamente el montante restante (¡vaya rima consonante!) irá a parar a estudiantes españoles.
El caso de los DCI es distinto, aunque también hay ciertas prebendas. Sólo los estudiantes de doctorado (parece que no, pero el Erasmus no es sólo para el grado, ¡hay para todos, oigan!) podrán elegir estos países para viajar, mientras que los DCI sí podrán enviar estudiantes de primer y segundo ciclo (grado y máster).
Las ayudas para los estudiantes europeos, en cualquier caso, va a depender también del destino, porque no cuesta lo mismo subir un piso que irse hasta el palacio de los ricos, y usarán su famosa Calculadora de distancia de la Comisión Europea (no me lo he inventado yo). Además, y aunque ahora ya saben que pueden disfrutar de hasta 24 meses, se va a dar preferencia a los que nunca hayan disfrutado de una beca Erasmus (sea + o no) dentro del mismo ciclo (es decir, si ya te has ido en grado, menos preferencia, si te fuiste en grado y ahora eres de máster, mismas posibilidades).
En cualquier caso, y esta es la parte mala, ahora mismo son las universidades las que van a elegir las zonas de influencia con las que van a trabajar. Dentro de una elección amplia, cada facultad podrá elegir, de manera justificada, con qué facultades establece convenio. Esto no va a implicar necesariamente que el número de plazas esté en concordancia con las elecciones. Se ha presupuestado un número de movilidades para toda España, y se supone que a cada universidad le van a corresponder unas diez, por lo menos en 2015, pero claro, para ser un guapo entra las guapas, aún hay que sufrir.

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