El origen del debate lo podemos encontrar en recientes noticias que están afirmando que algunos adjudicatarios en el concurso de nuevas oficinas de farmacia en Andalucía no van a instar la apertura debido a la actual situación económica que estamos viviendo, en general, y por las bajadas de márgenes y recortes, en particular.
Incluso, se ha podido saber que determinados farmacéuticos andaluces titulares de farmacia, se han asociado porque entienden que ya les cuesta «llegar a fin de mes» y no es el momento de abrir más oficinas de farmacia. Por lo tanto, se han unido para oponerse a las más de 300 farmacias que se han autorizado en la Comunidad andaluza.
Recuerdo que cuando se inició el concurso de oficinas de farmacias de Andalucía, la consejera de Salud dijo que en Andalucía cabían muchas más de las que se convocaban y, por lo tanto, se esperaba que, una vez finalizado este concurso para la apertura de 312 oficinas de farmacia, se iniciase un segundo que permitiera la apertura de otras 200 más aproximadamente.
Ya hablé de la Sentencia del Tribunal Supremo según la cual la Administración está obligada a abrir una oficina de farmacia una vez que se llegue al mínimo legal establecido.
Esta Sentencia recuerda que la normativa establece que debe existir una oficina de farmacia para 2.800 habitantes. Es decir, para este número de habitantes no podría haber menos, puesto que se trata de un límite que debe de ser respetado con el fin de cumplir la finalidad de garantizar la adecuada atención farmacéutica a toda la población. Precisamente, por ello, las normas de ordenación pueden fijar otros límites atendiendo a las circunstancias especiales de determinadas zonas.
Es cierto que los tiempos han cambiado y que una oficina de farmacia quizá ya no sea la panacea de hace años. Sin embargo, me pregunto: ¿por qué en lugar de discutir si es viable una farmacia en un pueblo de 800 habitantes no se hace todo lo posible para que, por ejemplo, lleguen las «ayudas» que se aprobaron en 2011 a las farmacias de viabilidad económica comprometida? Este mes de julio se ha publicado en la Comunidad Valenciana la resolución para aplicar las ayudas a estas oficinas de farmacia y Castilla-La Mancha fue la primera en publicar un decreto que regulase estas ayudas. ¿Por qué estas ayudas no llegan a todas las comunidades?
En la Exposición de Motivos del Real Decreto Ley 9/2011, que acordó estas ayudas a las farmacias rurales, se destaca el importante papel que juegan estas farmacias en la salud de la población. Sin embargo, las ayudas no terminan de llegar y en lugar de hacer todo lo posible para que lleguen, hay quienes se plantean si son necesarias y se puede prescindir de ellas.
Esta incertidumbre económica está haciendo que algunas comunidades autónomas hayan paralizado los concursos que tenían previstos iniciar para abrir más oficinas de farmacia, existiendo población más que suficiente, en muchos sitios, en los que sería una necesidad que se abrieran estas farmacias.
Entiendo que se debería apoyar más nuestra planificación farmacéutica, que ha demostrado ser la que mejor abastecimiento ofrece a la población y no deberíamos dejar que las dificultades económicas que vive un país afecten al importante papel que desempeñan las farmacias.
¿Necesidad de revisión de la planificación farmacéutica?
En los últimos días se está hablando mucho acerca de la necesidad, o no, de revisar nuestra planificación farmacéutica, y ello no como consecuencia del proyecto de Ley de Servicios Profesionales que parecía que iba a permitir que no farmacéuticos pudieran ser propietarios de una oficina de farmacia. Así, si hace unos meses se estaba defendiendo nuestro modelo farmacéutico ante la posibilidad de que se rompiera el binomio «propiedad-titularidad», ahora que parece que, al menos momentáneamente, no se va a producir tal ruptura, se debate acerca de si estamos ante el momento más oportuno de abrir nuevas oficinas de farmacia y, por lo tanto, ampliar nuestro mapa farmacéutico.
