Lumbalgia

¿Qué es la lumbalgia? La lumbalgia o lumbago se define como el dolor vertebral o paravertebral localizado en la región lumbar, entre la última costilla y los glúteos. Su intensidad varía en función de las posturas y la actividad física, suele acompañarse de tensión muscular, limitación dolorosa del movimiento, y puede asociarse a dolor referido o irradiado.

 

Se considera aguda si no dura más de 2 semanas, subaguda o crónica si dura más de 3 meses. Puede irradiarse hacia las nalgas o hacia la pierna, siguiendo el recorrido del nervio ciático, lo que se conoce como lumbociática (o ciática), o no irradiarse, denominándose lumbalgia simple.

La lumbalgia es un síntoma que se presentará al menos una vez en la vida del 60-80% de las personas y es el motivo más frecuente de incapacidad en la población de edad comprendida entre 16 y 44 años.

 

¿Cuáles son las causas?

En la mayoría de los pacientes no se encuentra una causa, pero podrían provocarla los siguientes episodios:

• Anomalías congénitas de la columna lumbar como la espina bífida.

• Traumatismos como las fracturas vertebrales.

• Sobrecargas funcionales o posturales como contracturas, embarazo, sedentarismo, deporte, dismetría de miembros inferiores...

• Enfermedades como hernia discal, artrosis, artritis, escoliosis, osteoporosis, hiperparatiroidismo, fibromialgia, enfermedad inflamatoria intestinal...

• Causas graves como infecciones, tumores...

 

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la lumbalgia se realiza mediante la historia clínica del paciente y la exploración.

• La historia clínica debe incluir la forma en que se inició el dolor, las características y el ritmo del dolor, la irradiación y los síntomas asociados, los antecedentes médicos previos y los tratamientos realizados.

• La exploración básica debe basarse en la inspección, la movilidad activa de la columna lumbar y la palpación. Si el paciente refiere debilidad o parestesias (entumecimiento y hormigueo), se realizará una exploración neurológica completa.

• Las pruebas complementarias (radiografías, escáner, electromiografías, etc.) solo son útiles si el médico sospecha, por los signos y síntomas descritos por el paciente y por la exploración, que hay otros problemas graves (neoplasias o infección) que causan la lumbalgia.

 

¿Cuál es su tratamiento?

Tratamiento no farmacológico

• Reposo, pérdida de peso en caso de obesidad, higiene postural, ejercicios para fortalecer la musculatura lumbar y abdominal, estiramientos y tratamientos físicos (masajes, ultrasonidos, calor local y onda corta).

• Los ejercicios de fortalecimiento muscular y los estiramientos proporcionan mejoría funcional y del dolor lumbar crónico, pero no tienen utilidad en el dolor lumbar agudo.

• Los tratamientos físicos se recomiendan para aliviar el lumbago agudo pero no parecen tener efecto en el crónico.

Tratamiento farmacológico

• Los analgésicos (paracetamol, ácido acetilsalicílico...) y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como piketoprofeno, dexketoprofeno, aceclofenaco, diclofenaco, ibuprofeno... orales a intervalos regulares (no a demanda) o tópicos, alivian el dolor y mejoran la capacidad funcional.

• Los relajantes musculares (diazepam, ciclobenzaprina, tetrazepam...) están indicados en la lumbalgia aguda que se acompaña de contractura muscular. Deben usarse con precaución, ya que tienen efectos secundarios, como la somnolencia o la dependencia, por lo que no es aconsejable prolongar la duración del tratamiento más de una semana.

• Los antidepresivos (amitriptilina) pueden ser útiles en el dolor crónico de espalda refractario a otros tratamientos, especialmente en pacientes con componente depresivo o dolor neuropático.

• Las vitaminas B1, B6 y B12 también podrían estar indicadas en la lumbalgia.

Tratamiento quirúrgico

El tratamiento quirúrgico se reserva para casos de dolor intenso o incapacitante, fracaso del tratamiento conservador, déficit neurológico grave, etc.

 

¿Cuál es su pronóstico?

La lumbalgia aguda tiene buen pronóstico y suele manifestarse como un proceso autolimitado, recuperándose la mayoría de los pacientes en unas 4-6 semanas.

El dolor lumbar disminuye rápidamente en el primer mes tras el inicio. Continúa decreciendo en los 3 meses siguientes y permanece estable a partir de ese momento.

 

Atención farmacéutica

¿Cuáles son los factores de riesgo de la lumbalgia?

Sexo femenino, edad superior a 50 años, poco ejercicio físico, trabajos con vibración, problemas laborales (conflictos, baja satisfacción laboral, trabajo monótono), trastornos emocionales (depresión, ansiedad), dolor lumbar previo en los últimos 5 años y bajo nivel de salud.

¿Es necesario el reposo cuando existe dolor lumbar?

Aunque el reposo ha sido ampliamente recomendado en el dolor lumbar agudo, debería limitarse a los primeros días, en que el dolor puede ser intenso e invalidante, considerándose el reposo más una consecuencia que una forma de tratamiento del dolor. Es beneficioso para el paciente mantenerse lo más activo posible, pues los síntomas mejoran más rápidamente, disminuye el riesgo de cronicidad y se reduce el tiempo de baja laboral. En cambio, el reposo en cama es menos eficaz que cualquier otra alternativa terapéutica. Dirección de interés: www.webdelaespalda.org (web de la Fundación Kovacs).

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