Una vez más, llega la inexorable cita de la declaración de la renta para todos los contribuyentes y, como no podría ser de otro modo, para las 22.000 farmacias españolas.
Recuerdo cuando en mi infancia escuchaba la frase siguiente: «Ya te enterarás de lo que vale un peine...». Mi asociación de ideas la vincula en la actualidad al «coste» que tiene cada una de las decisiones en nuestra vida empresarial.
En una situación como la actual, en la que el futuro fiscal a medio plazo podría tener algunas novedades derivadas del reciente borrador de presupuestos generales para 2019, parece oportuno centrarse ahora en intentar optimizar la factura fiscal de la oficina de farmacia en el año 2018 que termina.
Eterna tesitura la que planteamos en el titular de nuestra tribuna empresarial de este mes. Podemos considerar que este abanico de posibilidades revolotea en la mente de cualquier farmacéutico, eso sí, siempre que tenga la posibilidad de una continuidad familiar de su profesión.