Cerca de 200 farmacéuticos se reunieron en la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña y Baleares con el objetivo de analizar hacia dónde se orientan los servicios profesionales, lo que Jordi de Dalmases, presidente del Consejo y del COF de Barcelona, valoró muy positivamente. «Es muy importante que la farmacia busque espacio y tiempo para debatir sobre su futuro», concretó.
Otras conclusiones que se expusieron en el acto de clausura fueron la necesidad de planificar la implementación de servicios a través del alineamiento de la profesión con los objetivos del Plan de Salud 2016-2020 (documento estratégico de la sanidad catalana), y la evidencia de que la creación de programas de calidad que identifican y diferencian las farmacias, como el Healthy Living Pharmacy en el Reino Unido, favorecen que más servicios lleguen a la población.
Asimismo, se hizo un repaso de los seis aspectos principales que se deben tener en cuenta para que un servicio funcione: que el usuario lo perciba como necesario, que sea evaluable y sostenible, que aporte valor en términos de resultados de salud, que la actuación farmacéutica sea resolutiva e integrada en el sistema sanitario, y que el farmacéutico lo proporcione con la formación y la acreditación correspondiente, siguiendo los protocolos consensuados establecidos.
Tecnología y servicios profesionales
La conferencia que cerró la sesión de la mañana fue la llamada «Tecnología: ¿juega a nuestro favor? La tecnodependencia de los servicios y la importancia de las TIC». En este marco, Francesc Pla, vocal del Consell y vicepresidente del COF de Barcelona, habló de la receta electrónica, destacando que es una red tecnológica única que desde hace 10 años ha conseguido, entre otros aspectos, «conectar las farmacias entre sí y facilitar la comunicación con el CatSalut».
Sin embargo, para Pla es todavía un «diamante en bruto que hay que planificar bien por dónde empezar a cortarlo», pues el sistema de receta electrónica también puede facilitar la consolidación de la mensajería efectiva con los equipos de atención primaria o un historial clínico compartido. Con esta conectividad, se estaría dando solución a uno de los principales retos del actual sistema sanitario, ya que, tal como evidencia el vicepresidente del COFB, «tecnológicamente el sistema sanitario está construido en parcelas aisladas. Si lo queremos unificar, requiere esfuerzo, inversión, colaboración y proyectos concretos». En este aspecto también incidió Joan Calduch, vicetesorero del Consell y tesorero del COFB, quien concluyó que «aunque partimos de una estructura idónea, necesitamos facilitadores y aliados para lograr la visión de sistema y una red de farmacias integrada en este sistema, una decisión firme y la implicación colectiva en el desarrollo de la tecnología en favor de la profesión».
Los conceptos clave en la oferta y la demanda de un servicio
A continuación se celebró el último panel de expertos de la Jornada bajo el título «¿Quién pone el precio? Conceptos clave en la oferta y la demanda de un servicio». Ivan Planas, gerente de compras del CatSalut, centró su discurso en las diferencias entre contrato programa y concierto y especificó las dos vías básicas por las que se pueden obtener recursos económicos para el desarrollo de un servicio: a través de un catálogo, con financiación privada, o bien a través de la cartera de servicios, con una financiación pública. También habló de la futura ley de contratos de servicios a las personas, que regulará el régimen específico de contratación pública en el ámbito de los servicios sociales, comunitarios, sanitarios y otros servicios a las personas.
Por su parte, Anna Garcia, responsable del Observatorio del Sistema de Salud de Cataluña de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias (AQUAS), hizo un repaso de los indicadores de evaluación con peso específico en la compra. Asimismo, abrió la puerta a construir con el Consell indicadores propios de la farmacia comunitaria que faciliten la evaluación de resultados y contribuyan a dimensionar su valor específico para el sistema de salud.
Finalmente, Pere Ibern, del Centro de Investigación en Economía de la Salud en la Universidad Pompeu Fabra, después de reflexionar sobre la compensación según el valor y los resultados de la actividad profesional farmacéutica, concluyó que el modelo retributivo ideal es aquel que tiene dos grandes pilares: una parte fija, que incluye lo que se hace, y una parte variable, según el valor de los resultados y en función de los indicadores.