Y es que no se pueden pasar por alto datos como los que ofreció en la conferencia inaugural Antoni Esteve, presidente de Farmaindustria, entre ellos que 5 de los 10 medicamentos más vendidos en 2014 han sido biológicos, o que ya suponen el 25% del gasto farmacéutico total y que se acercan al 50% en el caso de la farmacia hospitalaria.
No obstante, y a pesar de los datos, lo cierto es que, como reconoció el propio Francisco Zaragozá, catedrático de Farmacología de la Universidad de Alcalá, "aún tenemos mucho que aprender sobre estos medicamentos, porque hay muy poca información" y de ahí que Cofares considerara oportuno dedicar su ya habitual encuentro a este tema.
Entre las intervenciones apasionadas destacaron las de Jesús C. Gómez, presidente de la SEFAC, y Miguel Ángel Calleja, presidente de la SEFH, quizá debido a que estaban allí en representación de los dos agentes más afectados, al menos teniendo en cuenta el planteamiento del encuentro, que buscaba analizar el papel de la farmacia comunitaria ante unos medicamentos que se dispensan en el hospital.
De hecho, Jesús C. Gómez repasó uno a uno los motivos por los que, en teoría, los medicamentos biológicos se han clasificado como de dispensación hospitalaria y, tras descartarlos todos, concluyó que sólo se le ocurría uno del que nadie le había hablado: el dinero.
Curiosamente, desde el otro lado, es decir desde el de los farmacéuticos de hospital, Miguel A. Calleja no tuvo reparos en afirmar que la colaboración entre los farmacéuticos comunitarios y los de hospital es vital. Y aportó, además, un matiz interesante: "La innovación no es sólo un fármaco nuevo, es también innovación asistencial".
Lo cierto es que, al menos entre los ponentes que participaron en el encuentro organizado por Cofares, hubo bastante unanimidad a la hora de reconocer el papel de los farmacéuticos comunitarios, o, al menos, la mayoría hicieron un ejercicio de buenas intenciones. El mismo Antoni Esteve afirmó que si bien es cierto que "la complejidad de los medicamentos biológicos lleva al uso hospitalario, tenemos el reto de encontrar las fórmulas adecuadas para no dejar fuera a la farmacia comunitaria”. En ello se mostraron de acuerdo ponentes destacados como Federico Plaza, director Government Affairs de Roche; Cristina Avendaño, presidenta de la Sociedad Española de Farmacología; José Luis Llisterri, presidente de Semergen; César Nombela, rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, o el propio Julio Sánchez Fierro, abogado y director del encuentro.
Quizá la única voz discordante, aunque con matices, fue la de Mercedes Martínez, consejera técnica de la Subdirección de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios, del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Aunque reconoció que obligar a los pacientes a ir al hospital a buscar su medicación “puede ser una pérdida de tiempo y de productividad”, habló de la necesidad de garantizar que estos medicamentos estén disponibles en todas las farmacias, y añadió que, aunque el sistema sanitario y los dirigentes conocen “la calidad y la bondad de la farmacia comunitaria”, quizá sería interesante hacer un estudio para ver “la viabilidad de estos medicamentos en las farmacias y si realmente es interesante en el sistema”.