Desde la patronal se ha constatado, gracias a la participación de diferentes colectivos sociales, que la ciudadanía aboga por el mantenimiento del actual modelo de farmacia. «La farmacia ha contribuido, como nadie lo ha hecho – recuerda Redondo–, en la sostenibilidad del sistema, en el plano económico, por supuesto, pero además, y esto es lo que más valoran los ciudadanos, en cubrir las ineficiencias del sistema para que el usuario no las sufra». Pero a juicio de FEFE al citado modelo «las distintas medidas de recorte en el gasto farmacéutico, que se suman unas a otras, actuando siempre sobre la oferta (precios y márgenes), lo han llevado a una situación insostenible». Por eso, colige la patronal de los farmacéuticos, no hay que olvidar que la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud pasa por la sostenibilidad y viabilidad de los agentes que operan en él. «Si queremos este modelo de farmacia, seguir mejorando la calidad de la prestación, mantener nuestro personal cualificado, la capilaridad, la cercanía y la accesibilidad, con una oferta farmacéutica de alto nivel, la farmacia necesita un mínimo umbral de rentabilidad que le permita un margen de maniobra», argumenta Fernando Redondo.
Los expertos economistas participantes en el Congreso han llegado a la misma conclusión: sólo el modelo actual de oficina de farmacia puede favorecer la contención del gasto a través de medidas de prevención y atención a pacientes crónicos. Durante su intervención se conocieron los datos adelantados del estudio de la consultora Vinces, que muestran que el gasto farmacéutico hospitalario per cápita creció en términos reales un 102% entre 1999 y 2009, mientras que, en el mismo periodo, el gasto en oficinas de farmacia sólo aumentó un 3,6% y, sin embargo, ha capitalizado las medidas de recorte administrativas. Por eso, FEFE propone afrontar las incongruencias del modelo sanitario «potenciando la atención primaria como eje de un sistema integrado y orientado a la promoción de la salud». Así, la atención primaria dejaría de desempeñar tan sólo el rol subsidiario de controlar los flujos de pacientes a los hospitales. A esta iniciativa se une la petición de que los presupuestos de Sanidad aumenten hasta alcanzar la media europea, superior al 1% del PIB.
El presidente de FEFE no ha querido desaprovechar la cita castellonense para compartir algunas reflexiones. «En una de las ponencias –expone– quedó claro que la mayor utilización de medicamentos en pacientes externos disminuye de forma patente la necesidad de hospitalización, con el coste que esto supone. ¿Por qué actuar siempre solo sobre el gasto en farmacia, que supone un 20% del total del gasto sanitario?» Según Redondo, el gasto sanitario no farmacéutico se ha incrementado de forma exagerada en los últimos años, mientras que el de medicamentos, «a través de oficina de farmacia se ha contenido, incluso disminuido». «¿Algún ciudadano quiere que le restrinjan los medicamentos a cambio de correr el riesgo de sufrir hospitalizaciones?», añade. Una cuestión para la que parece clara la respuesta de la ciudadanía.