Esta información de primera mano ayudaría a planificar actuaciones específicas de mejora en el uso de los medicamentos en Cataluña, a través de estrategias de actuación coordinadas entre las instituciones sanitarias y colegiales. Asimismo, la constitución de esta red estable de farmacias centinelas permitirá obtener datos válidos generados por la propia dinámica asistencial y que se podrán integrar en el sistema de vigilancia epidemiológica, facilitando una respuesta más eficaz de los servicios de salud pública.
Este servicio ha sido impulsado por el Consell de Col·legis Farmacèutics de Catalunya y el Departamento de Salud de la Generalitat, en coordinación con el COF de Barcelona.
Áreas de actuación
Las farmacias centinelas intervienen en esta red en el marco de tres grandes áreas de actuación, que se adaptarán a las necesidades de salud más prioritarias definidas en función del momento.
En primer lugar, se encuentra la farmacovigilancia, centrada en la detección, evaluación, conocimiento y prevención de los efectos adversos de los medicamentos. Dentro de este campo, los farmacéuticos tienen como funciones principales seguir las alertas farmacéuticas de desabastecimiento de medicamentos –registrando, por ejemplo, el número de pacientes que han pedido el medicamento afectado–, así como las alertas de calidad –para garantizar, entre otras, la correcta retirada de los medicamentos en los que se han podido detectar defectos–. Asimismo, son los encargados de notificar una sospecha de reacción adversa a un fármaco, vigilar los medicamentos sujetos a seguimiento adicional –aquellos sobre los que se dispone de menos información, porque se han comercializado recientemente o que la información que se tiene sobre su uso a largo plazo es limitada–, y seguir la dispensación de la píldora del día después. En este último caso, la farmacia centinela dispone de un apartado para registrar la dispensación de la píldora para obtener información sobre el perfil de las usuarias y otros condicionantes que, a su vez, pueden ser utilizados para evaluar y/o mejorar las estrategias del Programa de Anticoncepción de Urgencia de Salud Pública.
En segundo lugar, los farmacéuticos son los responsables de detectar y registrar la sospecha de abuso o uso desviado de medicamentos con una finalidad no terapéutica. Con esta acción, contribuyen a dar apoyo al Observatorio de Medicamentos de Abuso (OMA) en su tarea como órgano de vigilancia epidemiológica y también en su estudio del consumo a nivel poblacional.
El tercer ámbito en el que actuarán será en la vigilancia de determinadas enfermedades, que se llevará a cabo una vez haya terminado la prueba piloto. El objetivo es obtener información previa a cualquier diagnóstico para que actúe como complemento de los sistemas de vigilancia tradicionales. Gracias a la grabación de consultas de pacientes que presentan los mismos síntomas, se agilizaría el proceso de identificar nuevas alertas epidemiológicas.
Primera fase
En esta primera fase, el servicio lo imparten los farmacéuticos coordinadores del COF de Barcelona, distribución que garantiza la cobertura de todo el territorio de forma representativa de acuerdo con el número de población potencial atendida. Una vez finalizada la prueba piloto, que durará hasta diciembre, está previsto que la red se extienda a toda Cataluña, siempre teniendo en cuenta que el número de farmacias voluntarias que quieran participar sea proporcional a la estratificación de la población catalana: en principio, se estima que una red como la propuesta debería vigilar entre un 2 y un 3% de la población, garantizando criterios de equidad territorial y representatividad.