Europa debe apostar por una farmacia profesional

Michel Buchmann, presidente de la International Pharmaceutical Federation (FIP), ha planteado hoy la cuestión de si el modelo actual de farmacéutico está preparado para afrontar los retos actuales, y ha manifestado que el futuro pasa por «mejorar el rendimiento económico de la farmacia y poder aportar valor añadido a través de servicios profesionales». Pero para lograr este cambio Buchmann cree que es fundamental poder demostrar la eficiencia y sostenibilidad del sistema: «Los farmacéuticos –ha dicho– son un pilar clave para garantizar el cumplimiento de los tratamientos, hacer un uso responsable del medicamento y evitar errores de medicación». Funciones que pueden suponer un importante ahorro a los gobiernos, ya que las pérdidas por un mal cumplimiento de los tratamientos se calcula que alcanzan los 500.000 millones de dólares en el mundo.

Estas afirmaciones las ha realizado en el transcurso de la mesa redonda «Community Pharmacy in Europe. What's next't?», que ha abordado cuál debe ser el modelo de la oficina de farmacia del futuro en el entorno Europeo.

En la misma mesa, Carmen Peña, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, ha afirmado que «el modelo de la oficina de farmacia en España es un sistema eficaz, eficiente e integrado en el sistema sanitario», como lo justifica el que «un 83% de la dispensación de medicamentos está pagado con presupuestos generales». Esto es muy importante, según Carmen Peña, ya que, como está pasando en estos momentos, «cuando la Administración no cumple con los pagos la oficina de farmacia se ahoga».

«No podemos pedir cambios si no somos capaces de proponer lo que podemos ofrecer y esto nos vendrá dado por las necesidades actuales del paciente», ha reconocido Peña, que ha recordado que en el sector español se ha trabajado mucho por hacer «una farmacia profesional de valor añadido con un plus en la dispensación, que sea eficiente, profesional y sostenible, no una farmacia comercial».

Carmen Peña ha aprovechado su presencia en la mesa para manifestar que «si se pone en peligro el sistema actual de la oficina de farmacia, estamos poniendo en peligro el Sistema Nacional de Salud», y ha opinado que el modelo de oficina de farmacia español «es un modelo bueno para el paciente, que se ha de exportar y potenciar, no destruir». Peña ha recordado que en las oficinas de farmacia españolas se calcula que entran cada día 2 millones de personas, cifra ante la que, en su opinión, «queda clara la labor de salud pública que realiza el farmacéutico, en cuanto a prevención, información o dispensación» y considera que «no se puede desvincular la oficina de farmacia del Sistema Nacional de Salud, un sistema universal y solidario».

Por su parte Maximin Liebl, presidente del Pharmaceutical Group of the European Union (PGEU), ha apuntado la complejidad de la situación en Europa, donde conviven modelos diferentes, pero ha mantenido que «una farmacia profesional puede ofrecer más que una comercial y, por tanto, este sistema será indispensable en el modelo europeo del futuro».

«El 50% de los medicamentos no se administran correctamente, con el despilfarro económico y el efecto terapéutico sobre la salud del paciente que ello conlleva, un hecho que empeorará con el envejecimiento de la población», ha asegurado Liebl, quien ha advertido que «la implantación de servicios sanitarios en las oficinas de farmacia contribuirá a un incremento de la calidad terapéutica y a un mayor ahorro de costes».

Liebl también ha sostenido que si los farmacéuticos realizan «una labor sanitaria difícilmente podrán ser sustituidos por otras figuras profesionales», y ha apuntado que los servicios prestados en las oficinas de farmacia deben ser «útiles, eficaces y ser realizados en colaboración con los médicos. También deben estar subvencionados o difícilmente los pacientes los aceptarán si les suponen un coste».

Cambios en el sistema de remuneración

Michel Buchman ha advertido que el nuevo modelo de oficina de farmacia debe estar ligado también a cambios en cuanto al sistema de remuneración, que «no puede continuar basándose en los márgenes del medicamento», y ha manifestado la necesidad de encontrar una solución a este aspecto, ya que «si no cambiamos este sistema no podremos considerar al farmacéutico como un profesional de salud, sino que será un simple dispensador de medicamentos».

En la misma línea, el presidente de la PGEU ha señalado que «no podemos seguir como estamos, la función básica del farmacéutico es la dispensación pero debemos ofrecer nuevos servicios», ya que «cuanto más se profesionalice la farmacia, más posibilidades tendremos de formar parte de un sistema sanitario, como profesionales de la sanidad y no como simples comerciales». Para Liebl, el actual sistema de remuneración por margen ya no será sostenible a largo plazo, «ya que los precios cada vez están más bajos y, por tanto, también se reducen los márgenes».

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