A través de diversos materiales divulgativos, la iniciativa promueve la práctica de ejercicio físico y una correcta alimentación para mejorar el cuidado de la salud cardiovascular. De este modo, los farmacéuticos han repartido más de 300.000 folletos informativos donde se explican qué hábitos reducen el riesgo de sufrir hipertensión.
El farmacéutico tiene un papel fundamental en la prevención y detección de esta patología, puesto que diariamente realiza tomas de tensión arterial a los pacientes para controlar sus niveles. En palabras de la Dra. Marian March Pujol, profesora de la Facultad de Farmacia, responsable de Prácticas Tuteladas y especialista en Atención Farmacéutica: «El farmacéutico puede educar a la población promoviendo conductas saludables e implantando servicios de soporte a los pacientes tales como: deshabituación tabáquica, medición de los factores de riesgo cardiovascular, fomentando el ejercicio físico, la restricción del consumo de sal o la pérdida de peso. Es decir, cuidar la alimentación, reducir peso y practicar ejercicio físico de forma habitual».