FEFE advierte que las medidas de la AIReF perjudican al modelo español de farmacia

«FEFE considera que las subastas de medicamentos que propone la AIReF no son eficientes porque no se consiguen los ahorros que se suponen y perjudican seriamente al paciente. Como lo hemos comprobado con experiencias anteriores», ha afirmado esta mañana Luis de Palacio, presidente de la federación de empresarios farmacéuticos españoles (FEFE)

FEFE advierte que las medidas de la AIReF perjudican al modelo español de farmacia

Concretamente, FEFE considera que las subastas perjudican a los pacientes doblemente porque provocan falta de suministro y porque dificultan el correcto cumplimiento de la toma de medicamentos por el paciente (adherencia), por los cambios de los envases que se producen con las subastas.

Carlos Gallinal y Luis de Palacio, secretario general y presidente de FEFE respectivamente«Nunca tantos hemos estado tan de acuerdo»
Luis de Palacio ha señalado que nunca todas las organizaciones del sector se han puesto de acuerdo de forma tan unánime ante una materia tan sensible que puede afectar al sistema y a los pacientes. En concreto, se ha referido al Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, a Farmaindustria, a AESEG y al Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS).

«Suscribimos lo dicho a este respecto por el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, que señalaba lo siguiente:
1. Los medicamentos son un bien social y no un producto de consumo. En ningún caso los pacientes entenderían que su tratamiento dependiera de la puja ganadora en cada momento.
2. El Consejo General denuncia que el informe no estima con ninguna precisión el ahorro económico y extrapola datos de una autonomía concreta al conjunto del Estado.
3. El Consejo General lamenta profundamente que el modelo de subasta propuesto solo atienda a objetivos de ingeniería financiera energética, y no a las necesidades sanitarias reales de los ciudadanos.
4. No existe ningún país europeo en el que se cambie al paciente constantemente su medicamento, hecho que va en contra de la recomendación de la OMS de reducir la falta de adherencia, situada en el 50%

FEFE también hace suyo lo destacado por Farmaindustria a este respecto; es decir, que las medidas de ahorro a corto plazo que plantea el documento no tienen en cuenta la reducción que ha experimentado el gasto farmacéutico público en receta (en oficina de farmacia), que ha pasado de representar el 1,13% del PIB y una cuantía de 260 euros per cápita en 2010 al 0,87% del PIB y 228 euros per cápita en 2018. FEFE, al igual que Farmaindustria, considera que lejos de subir, el gasto per cápita en España es notablemente inferior al de los países de su entorno: un 32% inferior a la media de países de la Eurozona (datos de 2016) y señala que las propias previsiones de la AIReF para 2019-22 muestran un crecimiento del gasto farmacéutico muy reducido (1,4% medio anual) e inferior al crecimiento del PIB nominal (3,8%), por lo que esta partida no amenazaría en ningún caso a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud. Por último, coincide también con Farmaindustria en que no se entiende la necesidad de abordar un plan para ahorrar 1.500 millones de euros en 4 años, con medidas de gran calado que el informe además califica como «fáciles de implementar».

Luis de Palacio ha aludido a los genéricos y ha dicho que «el Plan de Acción del Ministerio de Sanidad para fomentar la utilización de genéricos y biosimilares hace abstracción de una realidad: los medicamentos genéricos han progresado en estos últimos años gracias al apoyo recibido por los farmacéuticos y a las mejoras en el margen que han obtenido, tal como ocurre en los Estados de la Unión Europea donde experimentan un mayor progreso. La eliminación o la fuerte reducción de incentivos y las medidas coercitivas para su prescripción o dispensación no son el camino para fomentar el consumo de genéricos».

Igualmente ha mostrado su pleno respaldo a lo expresado por la AESEG (Asociación Española de Medicamentos Genéricos) cuando se refiere a «que una subasta nacional de medicamentos como la propuesta por AIReF incrementaría el riesgo de desabastecimientos y perjudicaría el acceso del paciente a sus tratamientos habituales». «AESEG considera –ha recordado– que la propuesta de AIReF produciría un efecto negativo e inmediato a un sector industrial nacional como es el del medicamento genérico en términos de empleo, inversión y producción».

A todo ella ha añadido que «para AESEG una subasta nacional de medicamentos no es necesaria, pues las medidas actuales de Sistema de Precios de Referencia, Precios Menores y Precios más Bajos, ya operan como reguladores y han generado un ahorro de 1.200 millones de euros al Sistema Nacional de Salud en el año 2018».

FEFE también se ha hecho eco de las palabras del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), que quiere hacer un llamamiento de cautela a las Administraciones a la hora de tomar en consideración o no dichas conclusiones, amparándose en los efectos devastadores que medidas como esas pueden generar en la I+D y, por consiguiente, en el acceso de los pacientes a medicamentos innovadores.

Decretos sin derogar
Luis de Palacio ha añadido que aparte de estas amenazas, la contención de la factura en medicamentos tiene una trayectoria de 20 años: «Se ha ido recortando intensamente a las farmacias desde el año 2000 –ha dicho–, empezando con el decreto 5/2000, de descuentos por volumen de facturación» y ha destacado especialmente el Real Decreto 8/2010 y sus desarrollos, «que fueron implantados como medidas de recortes del déficit urgentes, transitorias y provisionales, de las cuales se han retirado la mayoría a excepción de las que afectan a la farmacia, que se han cronificado».

En definitiva, FEFE afirma que las subastas perjudican seriamente a los pacientes y también al modelo español de atención sanitaria y hace diversas propuestas que se recogen en el recuadro.

 

Propuestas de la FEFE
Fefe ha de ser un interlocutor válido ante la administración para estudiar medidas de contención del gasto, pero garantizando la sostenibilidad del sistema.

También creemos que la oficina de farmacia debe ser considerada dentro de la atención primaria para prestar otros servicios como campañas de salud pública (vacunaciones) seguimiento de la adherencia y poder tener acceso al historial médico del paciente para evitarle problemas de contraindicaciones en la medicación que prescriben los médicos. Existe una magnifica infraestructura de farmacias en España y pedimos que se nos utilice adecuadamente para prestar un mejor servicio a los pacientes. Recordemos que somos el único país donde se realizan guardias obligatorias y no remuneradas. Anomalía que, según parece, no se nos reconoce.

Como empresarios tenemos que velar por nuestras empresas para que puedan seguir atendiendo al paciente adecuadamente e incorporando tecnologías que tienen costes elevados. Las 22.000 farmacias dan trabajo a más de 210.000 trabajadores, de los cuales 90.000 son empleos directos y autoempleo. Somos nosotros, junto a nuestros adjuntos, técnicos y auxiliares, vitales para desarrollar esta profesión, llena de campañas y consejos de salud gratuitos para la sociedad. De estos empleos, 9 de cada 10 son contratos indefinidos; 8 de cada 10 son mujeres; 4 de cada 10 menores de 45 años, y 6 de cada 10 tienen una carrera universitaria, a disposición de cualquiera que entre por la farmacia sin citas previas.

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