El verde brillante de las hojas de las vides marineras se ha ido dorando durante el verano. Las cepas viejas, negras y retorcidas, están grávidas de racimos dulces. Todo está preparado para la fiesta del final de verano. La vendimia está a punto de llenar las tinas de acero del jugo de las uvas preñadas por el sol. Es un parto esperado que cada año se celebra con entusiasmo renovado.
Es de suponer que en todas partes cuecen habas, al menos eso dice la tradición, y no es aconsejable enfrentarse a las tradiciones (que se lo pregunten a Galileo si no), pero lo cierto es que la voluntad del sector de ser específico y especial es paradigmática; una supuesta especificidad del sector de las oficinas de farmacia sobre la que con tradicional frecuencia escribimos.