El verde brillante de las hojas de las vides marineras se ha ido dorando durante el verano. Las cepas viejas, negras y retorcidas, están grávidas de racimos dulces. Todo está preparado para la fiesta del final de verano. La vendimia está a punto de llenar las tinas de acero del jugo de las uvas preñadas por el sol. Es un parto esperado que cada año se celebra con entusiasmo renovado.