
Francesc Pla Santamans
Farmacéutico comunitario. Director de El Farmacéutico
El relevo anunciado en el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ya se ha producido. Es cierto que la realidad del sector supera, en mucho, lo que pueda suceder en la principal institución que lo representa, pero sería una simplificación irresponsable no valorar, en la medida que se merece, la influencia que esos cambios pueden tener en el devenir de la profesión que representan.
Paseando por la ciudad me he topado con un escaparate apetitoso, panecillos y cruasanes muy bien puestos, con un orden más de laboratorio que de panadería. Cuando me acerco más y compruebo que se trata de alimentos especiales para celíacos entiendo algo más de ese orden que me ha sorprendido tanto. Se trata de una farmacia.
Plutarco es una buena fuente de inspiración. En su obra magna Vidas paralelas introduce la siguiente descripción que puede ser el origen de la expresión con la que he titulado este editorial: «El primer mensajero que dio la noticia sobre la llegada de Lúculo estuvo tan lejos de complacer a Tigranes que éste le cortó la cabeza.
Para un equipo es importante el cambio en la capitanía. Generalmente significa modificaciones en la filosofía del juego o la manera de gestionar el vestuario, y a veces, incluso, es una muestra de que el club va a iniciar una remodelación más profunda que las que, de forma natural, implican los cambios generacionales. Si ese cambio es inesperado para la mayoría, la sacudida es importante.
El arrabal (del árabe arrabad) es una agrupación de viviendas y comercios nacidos más allá de las murallas, y que crece y se desarrolla de espaldas a las normas urbanísticas del centro.
Existen métodos para intentar superar una crisis. Seguro que existen para la que estamos soportando, aunque a veces parece que nos empeñemos más en discutir sobre ellos que en arremangarnos en la tarea. Del mismo modo, también existen métodos para favorecer que las crisis duren más de lo que deberían durar.
Vivimos en una sociedad que poco a poco ha ido arrinconando lo viejo, entre todos hemos elevado a los altares el mito de lo nuevo. Nos invade de una manera sutil la modernidad líquida, esa que se basa más en el negocio que en los principios, ése es el nuevo ídolo al que rendimos pleitesía, para no utilizar la metáfora bíblica de la adoración
Una de las actitudes más irritantes es la de las personas que con suficiencia sentencian una conversación en la que se describe un conflicto con un lacónico «hace tiempo que yo lo veía venir». Realmente irritante, pero lo cierto es que hay cuestiones que se divisan con absoluta claridad en el horizonte.
Para una mentalidad científica, como la que tienen los farmacéuticos por la formación que han recibido, lo que cuenta es conocer la realidad y acabar explicando las razones por las que la realidad es como es. Una ardua tarea con la que los científicos van aportando con su esfuerzo los granitos de arena que edifican el conocimiento que la humanidad tiene sobre la realidad. Una manera muy científica de explicar cómo funcionan las cosas, pero que, visto lo visto, no siempre se corresponde con lo que sucede realmente en nuestro mundo.
Algo huele a podrido y la sociedad empieza a estar harta del hedor de la corrupción que invade muchos sectores de la economía y de la política. Cada día que pasa existe una conciencia más clara de que las costuras de un modelo pueden saltar por los aires si no se pone remedio.