
Francesc Pla Santamans
Farmacéutico comunitario. Director de El Farmacéutico
Este mes de noviembre se ha celebrado en Barcelona el quinto Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios, organizado por la SEFAC, una de las sociedades científicas que agrupan a farmacéuticos comunitarios más activas de las existentes en España. El programa de su Congreso y la participación de congresistas así lo atestiguan.
Los prados situados en las estribaciones del macizo del Montseny eran el destino de muchos de mis paseos veraniegos. En agosto, los días soleados, parecían una alfombra tejida de gramíneas, amapolas y flores de cardo por la que corríamos y retozábamos hasta que se ponía el sol. Esa alfombra vegetal multicolor atraía un enjambre de mosquitos, moscas, tábanos, abejas y avispas que revoloteaban encima de ella sin orden aparente, conformando una nube caótica de vida. Esa nube también contenía otros visitantes alados que enriquecían con nuevos colores el chispeado de flores multicolores y que alegraban el ambiente con su grácil aleteo. Las mariposas volaban entre nosotros, parecía que jugábamos juntos.
A menudo, en situaciones complejas, y ahora la situación lo es, todas las partes implicadas en los conflictos intentan exponer sus puntos de vista para defender sus intereses, pero existen premisas y datos que son objetivos y tienen que ser aceptados por todas las partes si se quiere llegar a una solución.
Las mesas desordenadas son la morada de diminutos gnomos que se dedican a trajinar papeles, papelotes, revistas, periódicos, catálogos, tarjetones, tarjetas, recibos, comprobantes de pagos, facturas, albaranes, libros, fotografías. La suya debe ser una tarea agotadora.
Ya no sirve de nada escribir sobre los difíciles momentos que debe afrontar el sector de la farmacia. En el mejor de los casos sería un ejercicio de retórica más o menos talentoso.
Son casi las nueve de la tarde. Podría también decir de la noche, aunque para describir el momento de principio de agosto al que me refiero lo más ajustado a la realidad sería utilizar la palabra anochecer.
Después de unos años de una cierta incredulidad, los cambios que algunos anunciaban y que empezaban a afectar al sector y a la sociedad se han consolidado de una forma dramática. En estos momentos ya es insuficiente la simple aceptación de esta realidad. Quien ignore esta situación vive en un mundo imaginario.
Pablo Colomer Arribas nació en Cuba, pero casi no se acuerda de ella. Su abuelo Pablo Colomer Estany aún es el propietario legal de una casa en La Habana, pero él se resiste a ir a visitarla. Teme encontrarla desconchada y habitada por personas que nada tienen que ver con su familia. Su padre, Pablo Colomer Rosique volvió a Barcelona en los días en los que el ejército capitaneado por Fidel Castro derrotó al dictador Pedro Batista y Zaldívar y el mundo cambió para su familia; él entonces tenía tres años.
Uno de los fenómenos mágicos que suceden en mi rincón escondido de l'Alt Empordà es lo que yo he bautizado con el nombre de la hipertransparencia.
Durante los días calurosos de agosto, que desgraciadamente han sembrado la geografía de incendios devastadores, han ido apareciendo en los medios y en las redes diversas noticias y debates relacionados con el mundo de los medicamentos y de la farmacia.