La renuncia

Alguien dijo una vez «Los árboles impiden ver el bosque». No sé quién lo dijo por primera vez, pero era alguien a quien le gustaba pasear por los bosques y que conocía toda la sabiduría, la experiencia y la paciencia telúrica necesaria para construir un entramado de vida tan sabio y consistente.

La renuncia
La renuncia

Sería de ilusos exigir a las personas, aunque estas sean representantes y responsables en parte del devenir de colectivos, que atesoren todas esas virtudes, pero sí al menos que sean capaces de hacer caso al refranero.

Construir una nueva farmacia, si realmente es lo que se quiere y no se trata de un simple barniz para mantener con ciertas garantías la que ya se tiene, no es algo que pueda consolidarse a través de unos cuantos artículos en una norma. Con eso solo, apenas se logra mantener una apariencia, un buen primer plano con unos cuantos árboles bonitos y saludables.

Tener claros los objetivos, definir el orden de los pasos a seguir, disponer de sistemas de evaluación del éxito o el fracaso de las etapas acometidas, disponer de una masa crítica suficiente para iniciar el viaje con ciertas garantías para no hacer el ridículo a mitad de camino y haber tejido una trama sólida de complicidades con los diferentes actores afectados, son condiciones básicas para no caer en algo que muchos se empecinan en continuar haciendo: empezar a construir la casa por el tejado.

Aunque a veces sea duro, desesperante incluso, abrir camino implantando cambios reales en el quehacer diario de las oficinas de farmacia, siempre dará mejor resultado que el que se logra anunciando a bombo y platillo que se ha descubierto un atajo, sin saber antes si el destino del mismo es al que quieren llegar los que supuestamente te siguen y sin haber acordado antes la manera de compartir travesía con quien ya está transitando por él.

El sector tiene larga experiencia en anuncios de este estilo, pero la inmunidad tiene un límite y la frustración puede hacer mella en el sector. La persistencia es imprescindible para un trayecto como el que la farmacia parece que quiere recorrer, pero es importante que los que están en primera fila tengan también la virtud de la prudencia.

La memoria me falla y no recuerdo tampoco quien dijo «En boca cerrada no entran moscas», pero seguro que acompañaba en sus caminatas al que paseaba por el bosque.

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