Todo empezó en los anaqueles de la librería de mi padre. Allí estaban, agazapadas, las obras completas de Sigmund Freud, el mago de Viena. Allí se ocultaban Edipo, la trinidad psicoanalítica del yo, el ello y el superyó, el instinto de muerte, el niño como polimorfo perverso y la mujer como hombre castrado.
Geordie Greig acaba de publicar en el Reino Unido Breakfast with Lucian, un libro basado en las conversaciones que mantuvo con Lucien Freud los últimos 15 años de su vida. Lucien, nieto de Sigmund Freud, es uno de los pintores del siglo XX con mayor prestigio y reconocimiento y sus cuadros alcanzan precios desorbitantes en las subastas, a pesar del feísmo que le caracteriza.