Los nuevos anticoagulantes orales son inhibidores directos de la trombina y del factor X, los cuales tratarán de suplir a los anticoagulantes tradicionales, que son antagonistas de la vitamina K. Estos fármacos irán dirigidos al tratamiento de la tromboembolia venosa así como a la profilaxis del ictus. Para asegurar su eficacia y seguridad no es necesaria su monitorización. Los nuevos anticoagulantes orales representan una nueva perspectiva hacia el futuro en la cual se optimizará el tratamiento a los pacientes y se observaran ventajas en ellos a largo plazo.