Si los farmacéuticos somos agentes promotores de salud (o deberíamos serlo), nuestras actividades deberían enmarcarse en la definición de salud, para asegurarnos que contribuimos efectivamente por ella, y no contra ella.
Herencia, biología, edad, sexo y estilo de vida son los determinantes más importantes de la vida y salud del ser humano. Los genes y la edad no son modificables, la herencia difícilmente, la biología femenina tampoco, pero sí sus consecuencias, su posición en la sociedad y su estilo de vida.
Hace un tiempo leí un artículo que me resultó muy interesante porque trataba el concepto de recuperación en personas diagnosticadas de esquizofrenia desde un punto de vista antropológico1.