Hay muchos detalles que identificamos con una Navidad que ya se aleja. Uno de ellos es la lotería. Y, como en otras loterías, se produce un hecho irracional que tratamos de meter en el saco de la lógica (esgrimiendo incluso datos estadísticos). Todas las bolas que se introducen en el bombo tienen el mismo peso, tamaño y, por ende, las mismas posibilidades. Sin embargo, nos resistimos a escoger números como el cero, cuando en verdad cumple todos los requisitos y es tan válido como cualquier otro.